Mucho
se ha escrito sobre el levantamiento armado contra la República
española que derivó en una trágica y cruenta guerra civil. De todo
lo leído sobre este período, hay tres libros que, honestamente,
destaco por su brillantez y por el compromiso que adquieren sus
autores sobre el asunto: Homenaje a Cataluña, La
revolución española vista por una republicana y La
defensa de Madrid.
Cuando
en 1936 se produjo el alzamiento militar, George Orwell llegó
a España como periodista, pero las circunstancias le enrolaron en
las milicias del POUM. Homenaje a Cataluña es la
crónica de sus experiencias en el frente de Aragón y en las
barricadas de la Barcelona revolucionaria. Orwell narra lo que
vio y vivió, con la honestidad y el coraje que le convierten en un
escritor moral por excelencia.
El
siguiente libro que me atrapó fue La revolución española vista por una republicana, de Clara Campoamor, una suerte de testamento político de la gran luchadora del sufragio femenino, en el que analiza las causas técnicas de la
derrota republicana, que ella presumía inevitable, como lo hubiera suscrito cualquier militar profesional. Una obra valiente y comprometida,
rodeada de un silencio de lo más significativo a lo largo de los
años.
La
defensa de Madrid, de Manuel Chaves Nogales (Sevilla,
1897 - Londres, 1944), es el tercero de los testimonios sorprendentes
sobre el mismo período. Una magnífica publicación de la editorial
Renacimiento, lanzada a las librerías en 2011. Dice
Antonio Muñoz Molina en el prólogo que: “Este es un
libro que quema entre las manos”. También resalta el
prologuista que a Chaves Nogales no le coarta su
disposición de autocrítica, a pesar de su rotunda toma de partido
por los defensores de la República. El escritor sevillano no
se casaba con nadie y escribe su crónica con una clarividencia política conmovedora.
La
defensa de Madrid tiene algo de los Episodios
Nacionales galdosianos. Es el relato de un doble
heroismo, el del general Miaja y el del pueblo madrileño, que
se contrapone a la cobardía de los políticos que escaparon a
Valencia. Chaves Nogales nos ha dejado el mejor testimonio de
lo que fueron en Madrid los primeros meses de la guerra civil, cuando
el poder quedó en la calle y lo recogieron las organizaciones
obreras. Su mirada honesta y documentada, así como su estilo preciso
y ágil, refuerzan el atractivo de esta obra interesantísima y
fundamental.
Uno
de los aspectos relevantes de este afilado periodista es que consigue
salvarse del clima extremista frecuentado por otras plumas. Chaves
Nogales no se encasilla en las filas radicales de la izquierda ni
de la derecha. Consigue una ecuanimidad crítica y una mirada lúcida
sobre el conflicto, y rompe el molde del género. Se puede concluir
que para algunos se pueda leer como una crónica periodística
inigualable y para otros como la lectura de una novela histórica de
primer orden. La sensación final de la lectura de La defensa
de Madrid es la de haber leído una novela por entregas más
que una crónica periodística. El estilo del sevillano lo acerca
inevitablemente a la literatura con mayúscula. Los diálogos, la
prosa, de frase corta y ajustada a la trama narrativa, con imágenes
impactantes, con un lenguaje preciso en el tratamiento del personaje
central, el general Miaja, se extienden por todas las páginas. En su retrato destaca al hombre providencial que
surgió cuando la situación lo requería, para poner orden y concierto
en las filas republicanas, carentes de unidad en el mando de
operaciones. Chaves Nogales trata con el mismo rasero los
tremendos errores políticos en que incurrió la República y las
arbitrariedades y violencia que se generaron en el territorio de los
insurrectos.
Este es un libro que hay que leer para entender mejor
aquellos meses finales de la defensa de la capital de la República, escrito con
ecuanimidad y certeza. Un extraordinario legado periodístico bajo la
pluma de un autor que merece un reconocimiento mayor.
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