Dice
José Antonio Marina (Toledo, 1939) que “crear es
inventar posibilidades”, y lo afirma convencido, porque en el
tema de la creatividad, este catedrático de filosofía lleva años
obsesionado. Marina nos sorprendió en 1992 con la publicación
de Elogio y refutación del ingenio, obra ganadora del
Premio Anagrama de Ensayo, en la que el profesor manchego experimenta de
manera amena y divertida sobre el juego de la inteligencia, una
inteligencia –afirma– que desborda porque el mayor atributo que convierte a la humanidad en
el rango superior de la Naturaleza es que el hombre posee una
inteligencia creadora, es más, la creación de novedades es una
exclusividad humana. En este libro, Marina nos viene a
decir que la creatividad es una manera de resolver problemas, de aplicar recetas a cuestiones cuya solución no sabemos bien, porque
surgen nuevas dificultades o porque las fórmulas viejas ya no dan
resultados.
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José Antonio Marina |
Recientemente,
en junio de este año, Marina sacó a la luz, en la misma
vertiente de generación creativa, un nuevo libro, titulado La
creatividad literaria (editorial Ariel), en
colaboración con Álvaro Pombo (Santander, 1939), para
abordar que en el arte de la escritura también se encuentra inmerso
ese “inventar posibilidades”, y como tal, precisa de
hábitos y herramientas, no solo de inspiración y genialidad. Y
estos hábitos, vienen a decirnos, se pueden aprender igualmente en
el terreno literario. Este libro, escrito a dos manos por José
Antonio Marina y Álvaro Pombo, nada tiene que ver con un
manual de procedimientos, ni mucho menos con un texto de autoayuda. La
creatividad literaria se aproxima más a un ensayo filosófico
que a un tratado sobre el oficio de escribir. No parece que las
pretensiones de Marina y Pombo sean desembocar en un taller
de escritura propiamente dicho, sino en mostrar al lector el convencimiento de ambos
sobre la magia y fascinación que genera la
creación literaria. Y así, cogidos de la mano, el novelista y el
pedagogo proponen una lectura del libro diferente, según quien
hable: Pombo, más concentrado en descubrir el misterio de la
creación y Marina, en aflorar los mecanismos de ese misterio.
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Álvaro Pombo |
A
Marina y a Pombo les separan tantas cosas como las que
les unen: nacidos el mismo año, compañeros de colegio, ambos
interesados en la filosofía, tertulianos en distintos medios, uno
militante político, otro crítico activo de la política, pero igualmente exitosos en
sus diferentes carreras literarias: Pombo en la novela,
Marina en el ensayo. Estas coincidencias y diferencias son todo
un acicate que se traslucen en los diálogos tan enriquecedores y
amenos surgidos entre ellos en las páginas de este ensayo. El texto de La creatividad
literaria está escrito con
una voluntad creativa intencionada, utilizando una tercera voz
narrativa como hilo conductor de estas conversaciones vivas e
intensas entre el elogio del talento y la apuesta del entrenamiento de la escritura.
El hábito creativo sería el fiel de la balanza para aceptar que se
puede aprender a escribir con un nivel de corrección aceptable,
aunque, ciertamente, el libro no indaga en el aprendizaje de la
excelencia literaria, un vericueto complicadísimo, pero sí revela
indicios y sugerencias sobre la estética de la creación literaria y
la ética de la inventiva por medio de alusiones y referencias de
grandes de las Letras como: Rilke,
Rimbaud,
Kafka,
Dostoievski,
Thomas Mann,
Vargas Llosa...
La creatividad literaria
es un texto con unos diálogos vivísimos y muy interesantes,
dirigido a todo el que tenga fascinación por la literatura en
general y, especialmente, para aquellos letraheridos con cierta
propensión a la escritura como experiencia literaria. Un libro
que apunta sobre las posibilidades que otorgan al ser humano el
irresistible deseo de escribir.
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