El
poeta americano, Wallace Stevens (Reading, Pensilvania, 1879 –
Hartford, Connecticut, 1955), trabajó toda su vida como abogado de
compañías de seguros. Sin embargo, su dedicación profesional no le
impidió vincularse a su verdadera vocación: la poesía, y se
incorporó con entusiasmo a la corriente vanguardista del momento en
la que militaba T.S. Eliot. La publicación más importante
de su obra se produjo cuando el escritor tenía cincuenta años, un
ejemplo claro de poeta tardío. Stevens propone una poesía
sobre las ideas y la imaginación, se identifica con el mundo que se
aloja más allá de nuestra mente y asegura que la realidad es un
producto de la imaginación. Es así, con el mundo de la abstración
donde su modernidad adquiere una voz propia, como continuador de la
estirpe simbolista de Mallarmé y Valéry.
En
los Aforismos completos,
publicados en la editorial Lumen,
Stevens
despliega toda su concepción poética que abarca muchos años de
escritura. Las metáforas surgidas en los aforismos de Stevens
vienen a consagrar lo que
suponen para él este recurso: ser la esencia del lenguaje y símbolo
perfecto de la expresión poética. Esta edición, en versión
bilingüe, es un libro insólito, de mucha enjundia literaria, que
refleja con brillantez el sentir y pensamiento del escritor
norteamericano.
Como
muestra, una docena de esquejes aforísticos que resumen de alguna
manera la agudeza de Stevens
hacia lo imaginativo y
simbólico, y que invitan al lector a demorarse y recrearse en las
reflexiones que más empeño pone el americano, especialmente,
aquellas que vinculan la creación poética y literaria con el mundo
real:
Los
autores son actores; los libros, teatros.
*
La
literatura es la mejor parte de la vida. A esto parece
inevitablemente necesario añadir la condición de que la vida sea la
mejor parte de la literatura.
*
Toda
poesía es poesía experimental.
*
Lo
que no está al alcance de la sensibilidad de uno no existe en
realidad. Y esto cambia según cada cual.
*
Lo
que cuenta es la creencia, no el dios.
*
La
poesía se lee con los nervios.
*
Uno
no escribe para ningún lector excepto para sí mismo.
*
La
lengua es un ojo.
*
El
hombre es un eterno principiante.
*
El
interés de la vida se siente participando y formando parte, no
observando ni pensando.
*
El
mundo del poeta depende del mundo que haya contemplado.
*
La
literatura es una ilusión de lo normal creada por lo anormal.
*
Wallace Stevens nos brinda con maestría y sentido poético un
libro para disfrutar leyendo y releyendo los más de trecientos
aforismos que atesora esta extraordinaria antología repleta de
literarura y vida.
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