La
irrupción de Isaac Rosa (Sevilla, 1974) en la novela con su
primera obra El vano ayer (Seix Barral, 2004),
galardonada con el Premio Rómulo Gallegos, fue todo un
acontecimiento literario que lo encumbró como a una de las jóvenes
promesas con más pujanza narrativa del momento. Más tarde, con la
publicación en 2008 de El país del miedo, una
historia intensa y deslumbrante que hurga en ese miedo que nos
gobierna y nos define como personas en esta sociedad, aparentemente
segura, pero paradójicamente más atemorizada, lo consagró como un
novelista con voz propia y lo catapultó como a uno de los escritores
más sólidos e interesantes de la actual narrativa española.
La
última novela de Isaac Rosa, La habitación oscura,
publicada en el mismo sello editorial que las anteriores, hace la
número cinco de toda su producción, y viene a constatar su madurez
literaria y su apuesta continuada por ofrecer una narrativa crítica
y reflexiva sobre los conflictos originados en la realidad social del
momento. Esta nueva obra es un relato que encierra un ensayo sobre la
oscuridad, con diferente planteamiento al desarrollado por Saramago
en su novela sobre la ceguera, porque lo que le interesa a Isaac Rosa
es que su ensayo refleje la memoria de una generación, la suya
propia, convertida hoy en decepción y derrumbe. La novela, por
tanto, tiene una lectura generacional donde el autor se interroga
sobre qué está pasando, y para ello se remonta a los últimos años
del siglo pasado. El arranque de la novela es una metáfora visual
muy original y contundente: una habitación oscura en la que un grupo
de amigos se cita espontáneamente para practicar sexo, sin conocer
quién acaricia a quién y quién se funde con quién. En estos
encuentros habituales, Isaac Rosa propone situar al lector
entre los personajes de la novela y la habitación oscura, el espacio
narrativo donde se desenvuelve la trama. Sin embargo, lo que empezó
como un juego se muda en refugio. Después de quince años, todos los
protagonistas, asiduos de la habitación oscura, se convierten en
vulnerables, algunos de ellos creyeron que había que abandonar el
lugar y atacar.
La
habitación oscura es una historia dura, contada de forma discontinua, fragmentaria y sin concesiones, con pasajes del relato contados
en segunda persona y en otros aparece un narrador en plural,
acentuando el sujeto colectivo que supone el grupo. Una novela que
retrata a toda una generación que tenía unas expectativas de
bienestar por tiempo indefinido y que a las primeras de cambio se
derrumba y se van a pique sus ilusiones; una excelente metáfora de
la situación actual de la sociedad española. Isaac Rosa
logra un artefacto literario que atrapa y sacude al lector hasta el
punto de dejarlo asolado y casi en estado de vigilia. La
habitación oscura transcurre entre el auge y el desplome, entre
la euforia y el desencanto, y que, además, invita a la reacción y a
la resistencia; es una novela con una intención
clara de rearme moral, social y político, que anima a la reflexión y no deja indiferente al lector.
Isaac
Rosa ha escrito un libro nada complaciente, que logra que el lector sienta y piense en la oscuridad desde sus primeras páginas, porque la oscuridad, a pesar de la falta de luz, está siempre llena de imágenes, que incluso se ven con más
nitidez que a plena luz del día.
Isaac Rosas entrega una obra para que el lector aporte su experiencia a la interpretación del texto, lo discuta y dude. Así que si te atreves “No te quedes ahí.
Vamos, entra, ya estamos todos...”
No hay comentarios:
Publicar un comentario