En
el programa de divulgación cutural de televisión, Página2,
que dirige tan dinámicamente Óscar López, se habló hace
dos semanas de un libro del italiano Nuccio Ordine, profesor
de Literatura de la Universidad de Calabria. La utilidad de lo
inútil es
un breve ensayo cuyo título encierra la paradoja de un oxímoron
que, en los momentos actuales de tanto recorte presupuestario de los
estados europeos, viene a cuestionar la finalidad utilitarista de la
acción política, volcada sólo en aquello que reporta beneficio y
rentabilidad, en detrimento de la cultura. Dice el profesor Ordine
que hay que considerar útil aquello que nos ayuda a
hacernos mejores. Y en este
sentido, el autor italiano se explaya en la introducción de su
manifiesto con este párrafo tan lleno de elocuencia y desiderátum:
En el universo del utilitarismo, en efecto, un martillo
vale más que una sinfonía, un cuchillo más que una poesía, una
llave inglesa más que un cuadro: porque es fácil hacerse cargo de
la eficacia de un utensilio mientras que resulta cada vez más
difícil entender para qué pueden servir la música, la literatura o
el arte.
La utilidad de lo
inútil es
un jugoso ensayo fragmentario, dividido en tres partes: la primera es
la más extensa y, en ella, Ordine
transita por la útil inutilidad de la literatura, un tema tan
fecundo cuanto más fútil parece; la segunda, la más analítica y
política, focaliza los efectos perturbadores provocados por la
lógica del beneficio en el campo de la enseñanza, la universidad y
la cultura en general; en la parte final, la de mayor alcance
filosófico, viene a evocar la voz de los clásicos para continuar
tutelando ese afán del saber basado en la dignitas
hominis,
porque solo el saber puede desafiar una vez más las implacables
leyes del mercado. Es evidente que no es fácil entender, en un mundo
como el que nos ha tocado vivir, dominado por los guarismos
económicos, la utilidad de lo inútil. Nuccio
Ordine
contrapone a esta vorágine de la competencia y productividad de los
mercados, la imperiosa necesidad que tenemos de lo inútil para
vivir: la
necesidad de imaginar, de crear es tan fundamental como lo es
respirar.
La utilidad de lo inútil
es, sobre todo, un manifiesto, un alegato que invita a la
resistencia, a no dejar morir lo gratuito, lo inútil, porque si nos
dedicamos nada más que a escuchar los cantos de sirenas que nos
arrastran a perseguir el beneficio de las cosas que el sistema nos
impone, sólo llegaremos a producir una sociedad enferma y
extraviada, abocada a perderse a sí misma y si no lo impedimos,
destinada a deshumanizarse.
La utilidad de lo
inútil es
un texto que genera debate, un original ensayo en el que el fílósofo
italiano repasa la historia de las ideas, la literatura y el arte
para expresar la grandeza de lo inútil frente a un mundo cada vez
más ligado al resultado utilitarista del valor del dinero. Una
proclama que nos invita a defender ese ámbito que nos hace
esencialmente humanos, como es la cultura, frente a ese monstruo
devastador del beneficio.
Ordine abunda
en esta línea argumental e insiste que debemos entender que matar lo
inútil significa aniquilar las cosas más bellas que podemos poseer
en nuestra vida, matar aquello que puede ayudarnos a hacer más
humano el mundo en que vivimos y el que les espera a nuestros hijos.
En
conclusión: La utilidad de lo inútil
es un libro oportuno, realista y reflexivo, nada pesimista. Un
manifiesto escrito con la fuerza del convencimiento de un hombre que
confía en la cultura, como soporte liberalizador de las ataduras de
un sistema que oprime al espíritu del saber, dirigido a la sociedad
en general, mediante un lenguaje inteligible, para que no olvidemos
que el conocimiento humanístico es tan útil, o más, que los
conceptos económicos que tan machaconamente atizan nuestra vida
diaria. Una arenga intemporal, llena de citas memorables de grandes
personajes de las letras, pensada desde el pasado, pero de rabiosa
actualidad y que podemos resumir con una frase del escritor ruso
Lev Tolstói
que se cita literalmente: lo
útil es sólo lo que puede mejorar al hombre.
Pues, eso, a ver si se enteran.
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