Del
encuentro entre los escritores Roberto Bolaños y A.G.
Porta nació, además de una verdadera amistad, una relación
literaria que cristalizó en la publicación de la novela Consejos
de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce (1984),
escrita por ambos autores donde cuentan las peripecias de Angel Ros,
un joven volcado en la literatura y en la música de The Doors.
Felipe Benítez Reyes
y Luis García Montero
tuvieron también la ocurrencia de escribir una novela a cuatro
manos, su amistad y relación poética impulsó la idea de publicar
Impares, fila 13 (1996),
una historia gamberra y postmoderna sobre la ambición y sobre el
juego truculento de las pasiones. Quizá la ruptura determinante de
la amistad que mantenían García
Márquez y Vargas-Llosa
impidiera llevar a cabo la novela que planearon escribir entre ambos,
una idea que entusiasmó mucho al colombiano, pero que no cuajó para
menoscabo de sus seguidores.
Sin
embargo, a veces, ocurren milagros en el mundo de las Letras, a
pesar de la controversia que supone superar una ruptura íntima. El
invitado amargo, publicado
en Anagrama
(2014), es un claro ejemplo singular de este tipo de literatura a dos
voces. Vicente Molina Foix
(Elche, 1946) y Luis
Cremades (Alicante, 1962)
vuelven a sellar su amistad con un libro difícil de encasillar,
entre la crónica y la autobiografía, pero con los ingredientes
propios de la novela en la que la relación intensa y sentimental, mantenida por ambos durante dos años, sustentan la intriga y la vehemencia narrativa de esta historia.
El
invitado amargo son unas
memorias valientes y excepcionales, surgidas del compromiso de dos
viejos amantes que sienten la necesidad de recuperar los recuerdos de
aquella relación apasionada que vivieron hace treinta años. Molina
Foix y Cremades
se desnudan, a la vista del lector, con confidencias y cartas íntimas
para rememorar celos y desdenes, rescatando el pasado de aquel Madrid
sacudido por el intento de golpe de estado del 23F y revitalizado con
la victoria socialista de 1982. Pero, especialmente, ambos escritores
rememoran los años prometedores de una generación poética
emergente como la de Leopoldo
Alas, Carlos
Marzal, García
Montero, Álvaro
Salvador o el propio
Cremades,
tutelado por Molina Foix
y apadrinado por la figura admirable de Vicente
Aleixandre.
Vicente Molina Foix |
El
invitado amargo es un relato intenso de amor y celos, una historia de relación complicada
entre dos hombres apasionados de las letras donde la entrega y el
egoísmo transitan a partes iguales entre sus actores, Vicente
y Luis,
cada uno por separado, reconstruyendo, en capítulos alternos, sus
vivencias anteriores sin propósito de omitir nada.
En
una obra tan ambiciosa como ésta, de más de cuatrocientas páginas,
menudean, por sus capítulos, noticias de algunas vidas privadas de
amigos escritores, como Javier
Marías, Savater,
Lourdes Ortiz,
Benet...
De todas ellas, la que sustenta un protagonismo, casi elevado, es la
figura de Aleixandre,
que hace una labor de celestino y pacificador de los desencuentros
amorosos de la pareja Molina
Foix y Cremades.
Luis Cremades |
En
resumidas cuentas: el resultado de este artefacto, escrito a cuatro
manos, es extraordinario, aunque nada haya más engañoso que la
memoria, y nada menos fiable que el recuerdo. El
invitado amargo es un libro
original y atractivo, que condensa la historia de amor y quiebra de
dos literatos en un contexto histórico de cambio y aceptación del
mundo gay.
Molina
Foix y Cremades
han escrito una elegía y un canto en prosa al amor fallido, al
pasado y lo que queda de él en el recuerdo, a través de la memoria
revivida por ellos mismos que no deja indiferente al lector. Un libro
atrevido y auténtico, escrito con garra y maestría, una bonita
historia de amor sin resguardo, destinada a los amantes de la buena
literatura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario