Vicente Valero
(Ibiza, 1963) lleva una trayectoria poética larga y fructífera.
Cuenta en su haber con seis libros de poemas publicados. Como
prosista, se estrenó en 2001 con un ensayo biográfico sobre Walter
Benjamin y luego debutó en la
memoria y la reflexión artística con otras dos obras. El pasado año se dio a conocer en el género narrativo con la novela Los
extraños (Periférica,
2014), un debut sorprendente que tuvo muy
buena acogida por los lectores y la crítica. Cumplido un año, el
escritor ibicenco vuelve a la actualidad con otra propuesta
narrativa, un libro leve y grávido de sensibilidad y encanto en
torno a tres momentos transcendentales en las vidas de tres poetas
universales: San Juan de la Cruz,
Friedrich Hölderlin
y Fernando Pessoa.
El arte de la fuga
(Periférica, 2015)
es un tríptico narrativo sobre estas tres grandes figuras poéticas,
tres fugas espirituales de estos escritores extremos de la lírica,
hermanados en la pasión por las letras, más allá de sus fronteras
propias y a los que les une el amor a la poesía, la razón, la
identidad y la trascendencia de la vida. De esa vida interior tan
intensa que tuvieron, Valero
rescata un pasaje interior de cada una de ellas. En el primer relato
el narrador nos sitúa en otoño de 1591 en un convento de Úbeda.
Allí en su celda, el cuerpo lacerado de Juan de la Cruz,
cubierto de pústulas y llagas, se debate pacientemente ante el
infortunio de la muerte. En el siguiente relato, aparece Hölderlin
en su quimérica aventura de atravesar Francia a pie, desde Burdeos
hasta llegar a Stuttgart, como si de un estrafalario peregrino se
tratara. Corría el año 1802 en la estación de primavera. En el
tercer y último pasaje, nos adentramos en la estancia de Pessoa,
una noche de marzo de 1914. Allí, el poeta portugués escuchará a
su espalda una voz salvadora que recita: “aquel que tiene las
flores no necesita a Dios”. Y al poco tiempo surgirá la invención
del primero de sus heterónimos, Alberto Caeiro, el poeta que
enseñaba a mirar de forma antipoética, es decir, que lo que viene
del más allá de lo real no existe. En resumen, la primera fuga
protagonizada por el poeta de Ávila camina hacia la muerte; la
segunda fuga capitalizada por Hölderlin
transita bajo los efectos de la locura; la tercera y última fuga del
poeta de Lisboa apura un desdoblamiento de su identidad.
Vicente Valero,
como ya hiciera con su anterior novela, muestra su pasión por la
biografía, tanto propia como extraña, de la que se ocupó también
en otros textos suyos como Viajeros contemporáneos
(2004) y Diario de un acercamiento
(2008), lo que le convierte en un prosista muy cercano al contexto
biográfico. En el caso que nos ocupa, El arte de la
fuga, el escritor balear
elige momentos muy concretos de la vida de sus protagonistas, pero
con el objetivo de acercar al lector al sentimiento de sus almas, en
un escenario que, ya de por sí, es revelador de lo que se cuece en
el interior de todas ellas. Valero
nos narra tres trayectos de almas sufrientes, tres maneras de abrazar
la espiritualidad poética desde la muerte, el amor y la identidad, a
través del abandono del yo para ascender a las alturas. Y es que,
cuando el poeta es verdadero, como es el caso de cada uno de estos
tres gigantes de la literatura universal, su poesía se cumple.
Vicente Valero |
En
apenas cien páginas, tres vidas entregadas en cuerpo y alma a la
literatura, distantes en el tiempo y en el espacio, pero unidas por
el lenguaje común de la verdadera poesía que indaga en la realidad,
en lo sagrado y en el más allá, comparecen con sus desdichas y
anhelos. Todos son poetas extremos y letraheridos que se dejan
transformar por lo que escriben: sus vidas son poemas y viceversa,
una decisión difícil, pero la única posible que justifica la
existencia de todos ellos, aunque suponga extravagancia y contrapunto
al orden establecido.
Igual
que su poesía, Valero
concibe la narración como la idea de que mirar es también crear,
crear con la palabra. Para él, viajar, caminar, trasladarse, todo
viene a ser una metáfora de la búsqueda. Buscar el sentido a todo
conlleva un desplazamiento del pensamiento y de la razón del ser,
como el que llevó a estos singulares próceres de la literatura,
entre la vida y el más allá.
El arte de la fuga
es, en definitiva, una obra concebida desde la intimidad poética de
su autor, un libro que destaca por su prosa pulida y su ritmo
narrativo. Vicente Valero
deslumbra una vez más, en esta ocasión con una hermosa pieza
literaria.
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