Desvelar la verdad de la mentira y su relación con la propia naturaleza humana es el propósito marcado por Muñoz Rengel en este interesante ensayo que aborda la mentira como realidad y pensamiento del mundo. Parte el autor de la observación de la naturaleza. Sostiene que en el comportamiento de quienes la habitan constatamos que hay engaños. Viendo la manera que tiene de comportarse las especies, de moverse o de permanecer quietos podemos verificar cómo todo el que acecha sin moverse está fingiendo, tratando de engañar al otro. Incluso la víctima paralizada por el miedo hace lo propio. “Por consiguiente, en la naturaleza estaba ya la mentira mucho antes de que surgiera el lenguaje, mucho antes de que apareciéramos nosotros”, escribe.
Partiendo de esta realidad primigenia, lo que viene a continuación es un empeño nada fácil de reunir en un volumen de poco más de doscientas páginas el significado de lo que encierra su historia de la mentira, tratando de dilucidar qué es aquello que cabe entender como mentira y señalar los hitos de su devenir histórico, de la realidad y sus límites, entre su apariencia y lo que en esencia es, o se supone que es: “Mentir, engañar, simular nos ha hecho posible perpetuarnos por encima de cualquier otra cosa. Poetizar, narrar, fábular, conjeturar, falsificar, son fases primordiales en el proceso de conocimiento. El error, la estrategia, la manipulación, la suposición, la especulación, la metáfora, la hipótesis, son otras de las muchas caras de nuestro modo de estar en el mundo”.
Decía Montaigne que la mentira tiene mil caras y la verdad sólo una. Muñoz Rengel se ha propuesto explorar algunas de ellas. Este es un libro sobre la mentira y sus argucias, sobre algunas de sus manifestaciones más variopintas: la falsificación, el fingimiento, el disimulo, la ficción, la ironía, el autoengaño, la invención. No es un libro centrado en la esfera pública, ni en la conversación política. Trata, más bien, de cómo las ficciones y la imagen mental de muchas cosas han ido calando en el contexto social, aunque no siempre se presentan como tales, que juegan con la ambigüedad, con la tradición, que buscan distintas variaciones de la suspensión del entendimiento. Una de las cuestiones que se plantea el autor es si la erosión del concepto de verdad habría afectado al de mentira social, algo que en estos tiempos de posverdad prolifera cada vez más.
El libro en sí es un repaso también al curso histórico de la mentira, con la idea de surcarlo en un contexto indagatorio en el que la realidad narrada alterna con la reflexión sobre la percepción de la misma. Para Muñoz Rengel no hay orden en la realidad en el que no esté presente la mentira, muy a pesar del ideal platónico: “la historia del hombre no es otra cosa que la historia de la ficción”. Somos seres ficcionales, necesitados de forjar historias sobre las que sustentarnos, desde las que partir para entendernos y comprender mejor al mundo. Estamos dotados de esa gracia de la invención, de la imaginación y, por tanto, podemos usarla de forma enmascarada para hacer daño a los otros, o de forma creativa y llevadera, para sobrellevarnos y vivir mejor, en compañía.
Una historia de la mentira es un ensayo ameno, perspicaz y bien dispuesto en capítulos breves para su lectura, lleno de perplejidades y paradojas, un texto que tiene ese hilo de enunciación inteligente, que apuesta por la espontaneidad argumentativa con elegante descuido para pulsar nuestra atención en el misterio de nuestra conciencia y descubrirnos cuánto de ficción hay en ella por naturaleza y por sentido práctico.
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