martes, 12 de enero de 2021

La verdad de la mentira

Los hombres no viven solo de verdades, sino que también les hacen falta las mentiras, nos recuerda Vargas Llosa. Porque la vida real –continúa– la vida verdadera, nunca ha sido ni será bastante para colmar los deseos humanos. Y porque sin esa insatisfacción vital que las mentiras se encargan de avivar, ese deseo innato que tenemos de soñar con alcanzar más se vería reducido a una existencia muy limitada. La ficción forma parte de la vida misma. O dicho de la manera que el escritor y filósofo Juan Jacinto Muñoz Rengel (Málaga, 1974) subraya en los prolegómenos de Una historia de la mentira (Alianza, 2020), su último libro, “porque la historia del hombre no es otra que la historia de la ficción”.

Desvelar la verdad de la mentira y su relación con la propia naturaleza humana es el propósito marcado por Muñoz Rengel en este interesante ensayo que aborda la mentira como realidad y pensamiento del mundo. Parte el autor de la observación de la naturaleza. Sostiene que en el comportamiento de quienes la habitan constatamos que hay engaños. Viendo la manera que tiene de comportarse las especies, de moverse o de permanecer quietos podemos verificar cómo todo el que acecha sin moverse está fingiendo, tratando de engañar al otro. Incluso la víctima paralizada por el miedo hace lo propio. “Por consiguiente, en la naturaleza estaba ya la mentira mucho antes de que surgiera el lenguaje, mucho antes de que apareciéramos nosotros”, escribe.

Partiendo de esta realidad primigenia, lo que viene a continuación es un empeño nada fácil de reunir en un volumen de poco más de doscientas páginas el significado de lo que encierra su historia de la mentira, tratando de dilucidar qué es aquello que cabe entender como mentira y señalar los hitos de su devenir histórico, de la realidad y sus límites, entre su apariencia y lo que en esencia es, o se supone que es: “Mentir, engañar, simular nos ha hecho posible perpetuarnos por encima de cualquier otra cosa. Poetizar, narrar, fábular, conjeturar, falsificar, son fases primordiales en el proceso de conocimiento. El error, la estrategia, la manipulación, la suposición, la especulación, la metáfora, la hipótesis, son otras de las muchas caras de nuestro modo de estar en el mundo”.

Decía Montaigne que la mentira tiene mil caras y la verdad sólo una. Muñoz Rengel se ha propuesto explorar algunas de ellas. Este es un libro sobre la mentira y sus argucias, sobre algunas de sus manifestaciones más variopintas: la falsificación, el fingimiento, el disimulo, la ficción, la ironía, el autoengaño, la invención. No es un libro centrado en la esfera pública, ni en la conversación política. Trata, más bien, de cómo las ficciones y la imagen mental de muchas cosas han ido calando en el contexto social, aunque no siempre se presentan como tales, que juegan con la ambigüedad, con la tradición, que buscan distintas variaciones de la suspensión del entendimiento. Una de las cuestiones que se plantea el autor es si la erosión del concepto de verdad habría afectado al de mentira social, algo que en estos tiempos de posverdad prolifera cada vez más.

El libro en sí es un repaso también al curso histórico de la mentira, con la idea de surcarlo en un contexto indagatorio en el que la realidad narrada alterna con la reflexión sobre la percepción de la misma. Para Muñoz Rengel no hay orden en la realidad en el que no esté presente la mentira, muy a pesar del ideal platónico: “la historia del hombre no es otra cosa que la historia de la ficción”. Somos seres ficcionales, necesitados de forjar historias sobre las que sustentarnos, desde las que partir para entendernos y comprender mejor al mundo. Estamos dotados de esa gracia de la invención, de la imaginación y, por tanto, podemos usarla de forma enmascarada para hacer daño a los otros, o de forma creativa y llevadera, para sobrellevarnos y vivir mejor, en compañía.

La realidad y sus espejismos dan forma a nuestra vida y a nuestro mundo tejido de mentiras. Llegamos, por tanto, al final del libro con la innegable percepción de esta verdad y de cómo la naturaleza, antes de que llegáramos al planeta, ya se valía del engaño para sus planes. Donde hay vida hay mentira, hay elucubraciones, fábulas, desafíos y quimeras. Lo que viene a demostrarnos que siempre estamos creando mecanismos ficticios para tratar de aprehender algo que está fuera de nuestro alcance.

Una historia de la mentira es un ensayo ameno, perspicaz y bien dispuesto en capítulos breves para su lectura, lleno de perplejidades y paradojas, un texto que tiene ese hilo de enunciación inteligente, que apuesta por la espontaneidad argumentativa con elegante descuido para pulsar nuestra atención en el misterio de nuestra conciencia y descubrirnos cuánto de ficción hay en ella por naturaleza y por sentido práctico.


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