No
es necesario saber inglés para leer London Calling
(Páginas de Espuma, 2015), el último libro publicado por Juan
Pedro Aparicio (León, 1941),
una colección de microrrelatos fantásticos con mucha enjundia
británica, pero para aquellos curiosos lectores que se atreven con
la lengua de Shakespeare,
el autor les advierte, con ese tono socarrón de sabio descreído,
que “el idioma inglés cuando se escribe es de todos, pero cuando
se habla es exclusivamente suyo”.
Aparicio
es un reconocido y veterano cuentista, que también ha cultivado el
ensayo, la columna periodística y, por supuesto, el relato corto.
Junto a Merino y
Mateo Díez, forma
parte del selecto grupo de narradores del género breve nacidos en
León.
Sin
duda, la ambigüedad es el territorio natural de la literatura, el
lugar donde da sus mejores cosechas, como se vislumbra en las
minificciones reunidas en este volumen por el escritor leonés, tan
sugerentes e insólitas por donde transitan siete lores y un
embajador español para charlar animadamente de lo divino y de lo
humano en un lugar común, la Oxymorum
Room, un club
aristocrático en el mismo centro de Londres. Obsérvese la ironía
de que hace gala el autor, al incluir en el nombre del recinto una
figura retórica o recurso literario: el oxímoron, la contradictio
in terminis del
latín, para contraponer la presencia de un español entre
entusiastas de los animales, como presumen ser los ingleses.
La
literatura tiene mucho que enseñarnos sobre la vida, permite pensar
sobre lo que existe, pero también sobre lo que se anuncia y todavía
no es. De esto tan sublime, hasta del silencio de los protagonistas,
tratan estos ochenta y tres microrrelatos ilustrados con dibujos del
pintor madrileño Fernando Vicente.
No está de más recordar que estamos ante un profundo conocedor de
la tradición literaria inglesa y gran admirador de la cultura
británica. Juan Pedro Aparicio
ha vivido en diferentes etapas en Londres y, durante algunos años,
dirigió el Instituto Cervantes de esta ciudad, situado en el barrio
de Belgravia.
Aparicio
sabe desde qué ángulo presentar sus historias y anécdotas para
darle todo el brillo posible con la gracia de un lenguaje irónico e
incisivo, sin apenas maquillaje y con un buen arranque para captar la
atención del lector. En realidad, London Calling
es un libro diseñado como una falsa novela que fluye a modo de
diálogos y réplicas entre sus personajes excéntricos y
dicharacheros. Por sus páginas aparecen historias fantásticas en
las que no faltan ángeles católicos y anglicanos, y tampoco faltan
demonios que conviven entre seres normales.
Forma
un conjunto de reflexiones a través de pequeñas historias de
diferente naturaleza que, de alguna manera, se aproximan a la
parábola y tratan sobre la particularidad y controversia entre
Inglaterra y España, asuntos que van aflorando en las tertulias,
donde no falta el humor y el sarcasmo bajo la compañía de un jerez,
un té o un buen puro. Todo da mucho juego en este ambiente
victoriano, típico de lo que sucede en un club inglés amante de los
animales, y el autor no lo desaprovecha para festejarlo con gracia y
desparpajo. Y es que en ese escenario, el microrrelato es un género
muy versátil donde cabe todo tipo de subgéneros: el policiaco, el
humorista, el fantástico... y hasta el ensayístico para desplegar
el ingenio del narrador.
London Calling
es una obra peculiar y chispeante, con Londres como escenario y
centro de las discusiones por donde deambulan aristócratas
refinados, cultos y extravagantes, además de los llamados TTI
(Típicos Tímidos Ingleses), articulada en relatos engarzados unos
con otros, y eso involucra al lector a llevar un ritmo de lectura
andante y creciente, gracias al constante diálogo y anecdotario
entre los tertulianos, lo que confirma que Aparicio
da en la tecla poniendo el énfasis en el diálogo como motor e
intriga de todo su trabajo. Nada parece escapar a este maestro de lo
escueto, ni el cuidado y vivacidad de su prosa, ni su afán por
arrancar la sonrisa o sorprender al lector más sutil.
Saber
elegir nuestras lecturas es tan importante como aprender a sumergirse
en ellas, London Calling
es una estupenda oportunidad para no desaprovechar ambas cosas. [Reseña núm. 232]
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