Me
he propuesto combinar un cóctel improvisado que contenga Literatura
y Cine, pero con los aditivos alegóricos de los desaparecidos
directores y la chispa de la diva del Campo de Criptana. Solo
necesitaba que la mezcla tuviera un soporte de escritura enmarcado en
una novela corta y sugerente. Para esta aventura he acudido a uno de
mis escritores favoritos americanos: Philip Roth. La novela
escogida para la experimentación, El Pecho.
La
novela referida es además la última que he leído de Roth,
un relato que parece beber con intensidad del mundo kafkiano de La
Metamorfosis. Una pesadilla
envuelta en el universo obsesivo sexual que el propio autor despliega
en muchas de sus obras. Es una creación de resonancia alegórica,
donde la transformación del peculiar profesor David
Kepesh en un gigantesco
pecho provoca situaciones tan kafkianas como surrealistas. Se
sustenta en una reflexión lúcida sobre la complejidad de nuestra
sexualidad y de las relaciones interpersonales.
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