El
microrrelato, junto al aforismo, se ha convertido en el género más
en alza en lo que llevamos transcurrido de siglo, y su desarrollo
parece a todas luces imparable, ya que, no solo ha conquistado al
público lector, sino que traspasa al mundo académico, al que
también ha seducido por su calado en las redes sociales y en los
numerosos blogs que han surgido en los últimos años destinados a
este tipo de narrativa tan breve.
Cuando
hablamos de microrrelato nos referimos precisamente a ese texto
literario en prosa, articulado bajo dos premisas: hiperbrevedad y
narratividad, este último factor es determinante para distinguirlo,
por ejemplo, de la modalidad aforística. Pero, además de ser breve
y escrito en prosa, tiene que narrarnos una historia, porque al igual
que su hermano mayor, el cuento, no hay microrrelato que se sustente
sin, al menos, un personaje y sin una acción conflictiva, y en un
cambio de situación y de tiempo, aunque sean mínimos.
Autor
del blog La espada
oxidada, creado en 2006,
Manu Espada
(Salamanca, 1974), además de guionista y periodista, es uno de esos
escritores que ejercen con audacia y veteranía, a pesar de su
juventud, esa tarea de alternar una web literaria con sus propias
publicaciones narrativas. Espada
es uno de los pioneros en colgar microrrelatos en internet, y sigue
siendo un referente para todos los que nos iniciamos en la aventura
de poner en marcha nuestras bitácoras literarias en la red, una
experiencia excitante en la que te conviertes en tu propio editor.
“Gracias al blog, a esa disciplina impuesta de escribir sin
parar –subraya el salmantino en una entrevista– he publicado mis
libros. Literariamente, le debo todo a La
espada oxidada...”
Personajes
secundarios (Menoscuarto,
2015) continúa por la senda del género hiperbreve y es su segundo
libro publicado en este formato después de Zoom. Ciento
y pico novelas a escala
(2011), una recopilación de cincuenta microrrelatos en donde su hijo
Daniel, autista, determina y da cohesión a la temática de este
pequeño volumen, lleno de actores de reparto que aparecen a veces
silenciosos, otras ruidosos, pero siempre con la necesidad de
comunicarse con sus semejantes. Escribir sobre un trastorno, como el
autismo, ha debido suponer un desahogo y una especie de terapia para
el autor. Esta paradoja de silencio, aislamiento y necesidad de
palabras está presente en el conjunto de todos los textos reunidos y
seleccionados de esta edición. Sea como sea, a Manu Espada
no le ha condicionado escribir sobre las dificultades de su hijo,
sino que parece que le han impulsado a sobreponerse y a conseguir en
esa ajustada economía narrativa, concisión extrema y máxima
elisión, una complicidad con el lector, gracias a ese engranaje
formal e interno del libro que encadena uno tras otro, bajo una trama
común, estos microrrelatos protagonizados por actores secundarios
que, de alguna manera, cuestionan su papel en el reparto que les ha
tocado en suerte.
Personajes
secundarios es un mapa, a
pequeña escala, fronterizo con otros territorios mínimos, por donde
transitan seres que reclaman atención al mundo de la palabra, la
fuente de expresión de los sentimientos y las emociones. Manu
Espada, a base de imaginación
y recursos estilísticos, recopila, desde su experiencia y memoria,
personajes literarios, del cine y del comic para versionar historias
que podrían resultar diferentes si los protagonistas hubieran sido
los secundarios, por ejemplo, Sancho,
en vez de don Quijote
o Sam,
el pianista de la película Casablanca,
en vez de Ricky.
No
hay nada más hermoso e importante para un hijo que su padre se
entretenga con él jugando al veo veo. Adivinar palabras, construir
castillos o jugar a superhéroes son misiones propias de los padres
con los hijos. Nadie escapa a esa oportunidad que ofrece la vida para
enseñarle la realidad y el más allá del mundo de los sentidos y de
la imaginación a un hijo, pero muy pocos son capaces de transmitir,
con la magia de la escritura, esa aventura de descubrimiento y
aprendizaje. El lector tiene la oportunidad de sumarse a la
experiencia íntima de Manu Espada a través de la audacia narrativa
desplegada en sus Personajes secundarios, tan sorprendentes, como fantásticos en el reparto.
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