Italo
Calvino declaró sobre el retorno a los clásicos: “un
clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que
decir”, reiteraba el italiano, porque volver a la lectura de un clásico,
es en realidad una relectura; porque regresar al pasado, releyendo un
clásico, es atrevernos a una aventura que nos deparará la sorpresa
de algo que no sabíamos y que vale para el presente...
La
Biblioteca Clásica de la Real Academia Española, coordinada por
Ignacio Echevarría, inició en el 2011 una colección de
obras maestras de la literatura castellana diseñada y dirigida por
el académico Francisco Rico y que, en principio, tiene el
propósito de alcanzar un canon de 111 volúmenes. Este ambicioso
proyecto está impulsado por la Obra Social de la Caixa y cuenta con
la esmerada edición de Galaxia Gutenberg, un sello que
responde con solvencia a la hora de ofrecer calidad impresa. El
volumen 29 de esta excelente colección está dedicado al nacimiento
de la novela realista: Lazarillo de Tormes,
un libro apócrifo, más que anónimo, atribuido a un falso autor, el
mismo protagonista, Lázaro de Tormes, que cuenta en primera
persona, con estilo jocoso, cómo ha llegado al oficio real (una
especie de funcionario de la época), o lo que es lo mismo, de
pregonero en la ciudad de Toledo. Una edición extraordinaria, que
cuenta con unos apéndices interesantísimos a cargo del profesor
Rico,
llenos de notas y estudios sobre el texto y contexto de la vida del
personaje nacido a orillas del Tormes. Un aspecto que cuida la
dirección de esta obra, así como los criterios generales que rigen
la colección, es que la erudición ofrecida no distraiga al lector,
ni tampoco, por otra parte, le impida disfrutar simplemente del
relato. De modo que la obra va precedida de una breve presentación,
a continuación el texto, mientras que todos los materiales
destinados al estudio propiamente dicho, se sitúan después. Las
notas a pie de página sustancian la palabra aludida y marcada, para
explicar de forma sucinta la materia o vocablo; en verdad no
entorpece la fluidez de la lectura y sí logra dar luz a las dudas
idiomáticas del lector actual.
El
texto crítico que con esta obra del Lazarillo de Tormes
se publica en esta edición está basado en el cotejo de las cuatro
ediciones más antiguas conservadas, impresas en Alcalá de Henares,
Amberes, Burgos y Medina del Campo, todas fechadas en 1554. El
resultado es un texto ecléctico pero probablemente se acerque más
que ninguno al original, ya que no se atiene a un único testimonio.
El
Lazarillo de Tormes
es un libro conocido desde el bachillerato, de lectura obligada en
clases de literatura y que prácticamente todos los estudiantes
leímos al completo, porque era ameno, divertido y breve. Releerlo en estos momentos que la picaresca ha vuelto a cobrar tanto
protagonismo en nuestra sociedad, resultará balsámico y revelador,
porque la argucia pícara de antaño la sentiremos más entrañable
y pudorosa que la desvergüenza insultante de los mangantes de ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario