Desde
que visité hace dos años los campos de concentración de Auschwitz
y Birkenau he adquirido una sensibilidad
especial para toda publicación de textos y documentos sobre campos de exterminio de los nazis.
He
leído de una sentada Los pájaros de Auschwitz, una novela
corta y turbadora de Arno Surmninski, publicada por la
editorial Salamandra, donde relata los trabajos de campo que realiza
un oficial de las SS, ornitólogo, sobre las especies de pájaros que
sobrevuelan la zona donde se ubicaron los negros campos de la muerte.
Günther
Niethammer (1908-1974) fue un prestigioso ornitólogo que, entre
1940 y 1942, fue guardia en Auschwitz y Birkenau; allí convenció al comandante jefe Rudolf Hëss para que le permitiera llevar a cabo sus
investigaciones. Sus trabajos de campo fueron recogidos en una
pequeña obra de apenas cuarenta páginas titulada “Observaciones
sobre la vida de las aves en Auschwitz”. De la existencia de este investigador, parte el
escritor alemán para trazar la trama de esta sobrecogedora historia.
En
la novela, el oficial Grote cuenta con la ayuda de un joven
prisionero polaco, estudiante de bellas artes, adscrito como
ayudante para estas labores de observación. La relación entre el
oficial y el prisionero transcurre en unas maneras cordiales, pero al
mismo tiempo, Marek, el prisionero, se interroga una y otra vez sobre
el porqué de la maldad de los nazis. “¿Cómo es posible que una
sociedad alemana repleta de filósofos, escritores y músicos
extraordinarios cometa estas atrocidades?”.
Esta
relación , fruto del azar, saltará por los aires al final del
relato, coincidiendo con el fin de la guerra, entre el abismo de la
víctima y la desazón del verdugo. Narración sin retórica
y floritura, muy bien contada, desde un escenario crudo y terrible,
pero con una cara un tanto amable desarrollada por los dos
protagonistas, a pesar de la barbarie del escenario.
Los
pájaros de Auschwitz es una historia llena de simbolismo: los
pájaros vuelan libres por el cielo de Auschwitz, mientras los
presos sobreviven a las horas contadas de sus destinos. Las cigüeñas,
llenas de vida y esperanza, se posan en las negras chimeneas del
crematorio. El estudioso alemán que mira al cielo en busca de la
felicidad del vuelo de una nueva especie, sin echar cuenta
que, a ras del suelo, impera la atrocidad y el horror.
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