Hace
poco estuve en Madrid y me acerqué a la librería de La
Central, en Callao. Allí me perdí a gusto entre las
plantas del edificio y sus muchos libros. Aproveché el
momento y me tomé un café en su patio interior, rodeado de
sugerentes novedades editoriales. Y surgió el hechizo de un ejemplar
del escritor y jurista Ferdinand Von Schirach, una nueva
colección de relatos sobre abogados y juicios titulado Culpa. Leí un par de relatos y después de adquirirlo
me lo llevé al hotel para finalizar su lectura.
Von
Schirach, reconocido abogado penalista que ejerce en Berlín,
cuenta hechos vinculados con el delito que reflejan con crudeza las
barbaridades y bajezas del ser humano, pero también sus pequeñas
glorias. A veces no es la justicia realmente la que triunfa, sino
que también se expone a los errores y miserias de los que la
imparten.
Si
ya me sorprendió con su anterior libro, Crímenes, publicado en el mismo sello editorial, Salamandra,
ahora en esta nueva entrega, el escritor alemán
continúa en su misma línea pero su narrativa alcanza más
agilidad y sus casos también conmueven más. Algunos de sus relatos destilan una violencia física o síquica que nos recuerda las películas de
Tarantino. Los personajes se ven inmersos en situaciones que
acabarán escapándoseles de las manos, para acabar en el banquillo de
los acusados.
En
poco más de 150 páginas, el berlinés crea una realidad comprimida
que es imposible pasar por alto. Todo un compendio de narraciones en las que el personaje principal de la trama pasa a
ser un narrador de los hechos más que protagonista de la acción.
Los personajes de Culpa están marcados por una personalidad
distante. Pero lo bueno de estas quince historias cortas es que el
autor germano no juzga ni a sus víctimas, ni a sus verdugos, solo
describe sobriamente. Sus tramas judiciales están magistralmente
expuestas y sencillamente narradas, ahí radica todo el encanto de su
escritura.
Culpa contiene
la estela de su anterior publicación de relatos, pero muestra a un
escritor más maduro y con una técnica narrativa más depurada,
basada en la economía de palabras y la intensidad. Dice el autor en
una entrevista: no creo en los finales felices, porque las cosas no
acaban bien, y los juicios no son una excepción. Y llega más lejos
afirmando: El sistema
jurídico es una ficción que puede alcanzar una verdad que nada
tiene que ver con la realidad, como las tragedias griegas: sabemos
cuál es la verdad, pero no la podemos alcanzar.
Todos
los casos que nos presenta Von Schirach nos sorprenden por su
limpidez y honestidad. Su prosa es depurada y precisa. La crítica le ha
achacado que narra de manera fría, carente de
emociones, pero es ahí donde radica su estilo personal: la manera de decirnos que así funciona el mundo que él conoce y así
es el escenario en el que se juzgan las culpas de los personajes
encausados. Las cosas como son: Culpa es un libro ameno y entretenido, y eso no es poco.
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