Bajo
este título original, Paul Auster (Nueva
Jersey 1947) y J.M. Coetzee
(Ciudad del Cabo, 1940) nos ofrecen una recopilación sugerente de
correspondencia. Estos grandes novelistas forman un lugar preferente
entre mis lecturas. Paul y John mantienen una relación epistolar
para hablar de aspectos variopintos del mundo en que viven:
política, cultura, deporte, cine, relaciones humanas, nuevas
tecnologías, el futuro del libro...
En
Aquí y Ahora, una
edición conjunta de Anagrama y Random House, despejamos
incógnitas sobre las coincidencias y divergencias de estos dos
amigos por medio de un diálogo fluido con vocación de proyectarse a
la conciencia universal. En una de ellas Auster
afirma que “la suprema
ficción de nuestro tiempo es el dinero”,
y desvela una confidencia de su
suegro que afirmaba que “en
el mundo hay dos clases de personas: las que trabajan para ganar
dinero y las que hacen que el dinero trabaje para ellos”.
Sobre la creación literaria Coetzee le
dice al americano: “Somos
pocos los que escribimos novelas, pero la mayoría de nosotros, de un
modo u otro, terminamos generando descendencia, y entonces la ley nos
obliga a ponerles nombres a nuestros descendientes”.
Hablan
de Beckett, de Philip Roth, de los judíos y los palestinos, y
también de deportes: del béisbol, del fútbol y de lecturas: “¿no
es la lectura el arte de ver cosas por uno mismo, de invocar imágenes
en la propia mente? ¿Y lo bonito de leer no es acaso el silencio que
te rodea cuando te sumerges en la historia, el eco de la voz del
autor resonando en tu interior hasta excluir todos los demás
sonidos?” , dice Paul
Auster. En otra de las cartas
afirma que “cada mente
produce de continuo sus propias imágenes”.
Por eso cada lector recrea una lectura diferente a cualquier otro
que lea el mismo libro.
En estas
cartas fechadas entre 2008 y 2011 encontramos reflexiones y
anécdotas curiosas de estos colosos de la novela. Entretenida
miscelánea de temas tratados esquemáticamente, pero muy
interesantes. El sudafricano pregunta más que responde, pero sus
cuestiones iluminan la correspondencia. En cambio, el neoyorquino es
más arrojadizo y nostálgico en sus reflexiones. El resultado final
es un cóctel de honestidad y esperanzas.
De nuevo el azar parece enredarse entre tu blog y mis lecturas. Estoy leyendo "Diario de invierno" de Paul Auster, que por edad (muy poco mayor que yo) y generación me trae muchas evocaciones de mi propia historia personal, siempre salvando el entorno (¡No vayamos a comparar Nueva York y París con la "cutre-España" de la época!) y circunstancias.
ResponderEliminarEl libro al que haces referencia debe ser de lo más interesante, al tratarse de dos extraordinarios autores (ambos también entre mis favoritos) así que también me lo apunto.
G.T.T.
Qmigo G.T.T.: Creo que me estoy acostumbrado a tus notas y comentarios, y eso me anima. Igual, haciendo un poco de ciencia ficción, logramos emular a los grandes con estas micro-correspondecia.
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