Decía
Lichtenberg que hay
que tratar de ver en cada cosa lo que no se ha visto todavía, lo que
no se ha pensado nunca. Escribir es algo muy simple y, al mismo
tiempo, una tarea muy compleja y personal que consiste en amoldar
minuciosamente cada palabra a las necesidades de la narración para
crear un mensaje que tenga el peso justo y las dimensiones
apropiadas. En ese objetivo sucinto, descrito por el maestro aforista
alemán, se encaminan, como sus anteriores cuentos, los últimos
relatos publicados por el escritor Ángel Olgoso
(Cúllar Vega, Granada, 1961).
En
Breviario negro
(Menoscuarto, 2015), el narrador granadino retorna a lo asombroso e
inquietante, un terreno tan propio de su universo literario, que
deambula entre el microrrelato y el relato corto, para contarnos
historias fantásticas en ese formato que domina magistralmente.
Olgoso se maneja con
bastante soltura y precisión cuando recurre a este minimalismo
barroco por el que camina a sus anchas. Sabe que en lo fantástico
todo se puede evocar, ya que su territorio parece el más vasto, pues
incluye lo aparentemente real, su reflejo, lo probable, lo imaginado,
lo soñado e incluso la urdimbre de sorprendentes vidas paralelas.
Podemos decir que las cuarenta y una piezas reunidas en esta obra son
una rotunda afirmación de los sueños y de la imaginación, un
conjunto de cuentos adscritos al género fantástico en el que hay
ejemplos de todas sus modalidades: van desde el cuento gótico, el
relato fantástico romántico, el surrealista, el metaliterario,
hasta el terror cósmico y ominoso. Además, en esta nueva entrega se
reproducen y desarrollan al máximo las características esenciales
de su narrativa: la condensación y la exactitud del texto narrativo,
una fantasía onírica próxima a la alucinación, el lirismo
reinante en su prosa y el factor sorpresa de sus desenlaces.
Ángel Olgoso
es un escritor que se encuentra cómodo con lo extraño y que no le
gusta el camino fácil para reinterpretar la realidad, sino que
prefiere suplantarla por lo asombroso e inquietante. Breviario
negro renueva la
extraordinaria riqueza imaginativa de su autor en historias de
particular intensidad y belleza expresiva, donde lo insólito, esa
frontera que separa el mundo del trasmundo, no deja indiferente al
lector, y consigue, con plenitud, la resonancia sombría, según
destaca José María Merino
en su brillante prólogo del libro. Hay en estos relatos, además de
ese horror confitado y fúnebre, una reverberación misteriosa al
fondo, una especie de rescoldo de esperanza en superar las
desventuras de este mundo, a la vez maravilloso y detestable. En
Cartografía,
por ejemplo, la protagonista es una metáfora geográfica de la vida;
sin embargo, en La
técnica de soñar monstruos,
estos seres proponen vivir la pesadilla para no sentirse solos; en La
muerte desordena, un
microrrelato de infancia, se advierte que aunque se selle una
promesa, el destino no la tendrá en cuenta; en Carta
al hijo, un guiño y
homenaje a su admirado Kafka,
en el que Olgoso pone
voz a un padre aquejado de desamparo filial; en Novedades
en el cortejo, estará
presente la Semana Santa con un rito expiatorio ejemplar y en Últimas
voluntades, uno de los
relatos más extensos del libro, aparecerá el vizconde de
Chateaubriand, todo
un testimonio de supervivencia ante la adversidad y lo imprevisto del
devenir.
En
la mayoría de los cuentos reunidos en Breviario negro
hay una sensación de que los personajes que deambulan por el texto
están presos en el tiempo, como insectos fosilizados en ámbar, y
todos aspiran a escapar por un instante del mundo real. Aun así, los
relatos de Ángel Olgoso
parten de una obsesiva búsqueda de lo excepcional e inusitado, de la
extravagancia, para trastocar la anodina realidad y, de paso,
atormentar el alma del lector mediante sus temas recurrentes: el
espacio, el tiempo, el horror y lo sorpresivo.
En
suma, Breviario negro
es un libro sorpredente de relatos fantásticos, donde lo monstruoso
y lo mágico se conjugan adobado con una prosa pulida y esmerada, con
una trama capaz de generar dudas e inquietudes al lector más
exigente, en un mundo insólito por donde transitan historias
inquietantes a base de intensidad, concentración y belleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario