martes, 20 de abril de 2021

La fascinación por lo escueto

Al pensamiento en píldoras, sin prospecto, se podría equiparar la esencia del aforismo. Aunque conviene no distraerse mucho en buscar la mejor definición de todo lo que abarca esta escritura chispeante y condensada, porque, en sí misma, lo que verdaderamente reclama es la complicidad del lector. Por eso, el aforismo es una brecha. No busca un cierre ni clausura del saber, sino un pedacito de filosofía al alcance de todos. Y ha de ser en pocas líneas, con la brevedad precisa. La tradición nos enseña que el aforismo, como pensamiento corto, sin espesor, se cultiva para delatar, provocar o manifestar todo tipo de perplejidades, juicios o paradojas.

El aforismo viene de lejos, un género milenario que nació para quedarse entre nosotros. Se puede comprobar en las máximas, sentencias y proverbios que ya comenzaron a proliferar en la época clásica de la mano de filósofos griegos y latinos y siguen vigentes. Desde sus orígenes, ha conservado la naturaleza instructiva propia de una escritura deontológica, con esa gracia de persuadirnos de la mejor manera, y que no es otra que no decir nunca más de lo que merece ser dicho, con muchos cultivadores a lo largo de la historia de la literatura. El aforismo contemporáneo está alejado, en cierta medida, del tono grandilocuente, didáctico y moralista de etapas anteriores. Pero conviene resaltar que, aunque ha virado, el compromiso con la reflexión y la verdad siguen estando en su esencia muy presente aderezado con los ingredientes de la ironía y del humor.

Sin lugar a dudas, nos viene a decir Javier Recas (Madrid, 1961), en su libro El arte de la levedad (Cypress, 2021), el aforismo ofrece un espacio privilegiado para recalar en toda esa dimensión histórica de la reflexión breve que sigue teniendo presencia y visibilidad en nuestros días. Y en ese sentido, confirma que estamos ante un género vívido y exigente con el lector de hoy en día. Mucho se debe a que “el aforismo esconde una incitación, un desafío”. El aforismo, según plasma a lo largo de su trabajo, se abastece en gran medida de observaciones de la realidad circundante. Pero fija su atención en la importancia de lo que el aforismo moderno resalta en ese yo consciente que muchos autores hacen presente en sus creaciones: “En el aforismo actual el sujeto de la reflexión se ha situado en el centro de la escena”, subraya Recas.

Como gran analista y estudioso del arte del aforismo, Recas ha publicado un buen número de obras que han ido consolidando su competencia y valía como teórico y experto del género. Es autor de las entregas Hacia una hermenéutica crítica (2006), Meditaciones de Marco Aurelio (2011), Relámpagos de lucidez. El arte del aforismo (2014), Una grácil y aguda miniatura (2020) y la edición Encuentros y extravíos. Aforismos de Mark Twain (2020). Todas estas publicaciones conforman un amplio mosaico de textos que sorprenden a cualquier apasionado del género por su riqueza, detalles y profundidad. Su nuevo trabajo continúa en la misma órbita, quizá con una mirada más puesta en destacar lo que tiene de fascinación y pujanza el aforismo en lo que llevamos del presente siglo, como semillero fértil de pensamiento y filosofía.

El itinerario trazado para desplegar su nuevo trabajo está dividido en ocho capítulos, en los que tienen cabida, desde los márgenes del silencio donde surte lo indecible, hasta su revelación, que parte desde la desnudez de la palabra y el embrujo de lo liviano, hasta su alcance poético y carácter filosófico. El arte de la levedad subraya con notoriedad, como subtítulo, lo que el aforismo conlleva de sustancia filosófica, de vocación seductora y provocativa en la búsqueda de la verdad. Es más, en ese afán de veracidad y práctica literaria que el libro desarrolla, también se alude a la carga alusiva de silencio que acompaña al aforismo. En el auténtico aforismo, nos dice Recas, pesa tanto lo que se dice como lo que se omite. El libro, intenso y hondo, finaliza con una extensa, jugosa y bien pertrechada bibliografía que, en palabras de su autor, “quiere ser una linterna para el que desee continuar adentrándose en el cada vez más extenso y tupido bosque del género aforístico”.

Javier Recas posee ese rango cualitativo de investigador serio y riguroso. Este nuevo trabajo suyo da buena cuenta de ello, una obra que forma parte de su legado como lector y estudioso, que corrobora y acredita sus conocimientos en la materia. Es un compendio erudito y cercano sobre el aforismo y sus detalles, un corolario en el que están presentes aforistas de todas las épocas.

El arte de la levedad es un libro apto para entusiastas del género, un texto de abundante luz para hacer un recorrido provechoso por esa amplia parcela de miniaturas que, como sostiene su autor, se asemeja más a un arte que a una ciencia o escritura sistemática, un territorio fronterizo entre la literatura y la filosofía, entre la prosa de pensamiento y la poesía.


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