En
un artículo recientemente publicado en El
Cultural,
su autor, el crítico
Ignacio Echevarría,
da cuenta de lo que toda crítica literaria debe indicar y no es otra
que a qué lector va destinado el libro. Desarrolla su texto
partiendo del esclarecimiento de un apunte que el escritor Paul
Valéry hizo en torno a esa
misma idea: «El crítico no debe ser un lector, sino el testigo de un lector, quien
lo contempla leer y permanecer mudo. La operación crítica capital
es la determinación del lector».
De ahí que sostenga Echevarría
que una crítica que se dirige al lector en general difícilmente
resultará eficaz, si no tiene en cuenta que el crítico debe hacerla
como si fuese una especie de farmacéutico que recomienda la lectura
del libro en función de la complexión y el humor de quien lo va a
tomar en sus manos, tal como aludía también Valéry.
Retomando
la idea de esta interesante teoría, cabe preguntarnos para qué tipo
de lector está pensado este libro que traemos ahora aquí. Contra
Amazon (Galaxia Gutenberg,
2019), de Jorge Carrión,
un título, sin duda, contundente, provocador y vindicativo, podría
llamar la atención y hacerse eco en la conciencia de un amplísimo
espectro de lectores, al fin y al cabo, la mayoría conocemos esta
plataforma tecnológica, este almacén inmenso donde encontrar
cualquier cosa que se nos antoje.
Jorge Carrión
(Tarragona, 1976) publica su nuevo ensayo consciente de que la
realidad es difícilmente combatible, el dominio de la era digital
engloba a todo el mercado de consumidores, y se dirige, desde luego,
a ese colectivo amplio de gente interesada por los libros, lectores
entusiastas e iniciados para que no olviden que los mejores espacios
públicos, donde mejor moran y conviven los libros, son las librerías
y las bibliotecas, para que no cambien de hábito y sigan poniendo su
mirada y su interés en ellas, lugares vívidos y necesarios donde
mejor nos convoca la cultura a encontrar reposo y hallazgos sobre la
memoria escrita.
Es
cierto que Carrión
irrumpe con un manifiesto con siete razones poderosas contra el
poderío creciente de Amazon en el mercado del libro. Sin embargo, lo
que el lector se va a encontrar en sus entrañas es algo más rico
que este contratiempo. Lo que encierra dentro es una jugosa
recopilación de textos suyos procedentes de distintos medios y
revistas como Jot Down
Magazine, The
New York Times en Español,
El Páis Semanal
o Revista de Libros,
en los que la conversación, la crónica, la semblanza y los viajes
realizados por su autor giran en torno a sus vivencias con los libros
y sus autores, las librerías y las bibliotecas. Los libros, nos
viene a decir Carrión,
contienen puertas invisibles, caminos y pasajes que conducen a otros
libros y lugares. Esta inercia, como ya dio cuenta en su anterior y
exitosa obra Librerías
(2013), sigue estando presente aquí, pero en esta ocasión más
volcada hacia el significado de la búsqueda del libro en el recinto
en el que mejor se encuentra, biblioteca o librería, el lugar propicio en el
que, para él, el lector conforma su propia tela de araña de
lecturas, libros y autores, que si bien se tocan en un espacio
contiguo, cada uno de ellos guarda su carácter y diferencia
estética, sin tener que ver con la proximidad de su vecino.
Ese
laberinto que todo lector va conformando en su casa con sus lecturas
y adquisiciones, proviene, en palabras suyas, de estos espacios:
“gracias o por culpa de las librerías, a imitación de las
bibliotecas que desde la infancia hemos frecuentado”. De ahí que
toda esa memoria libresca conforme en el tiempo su propia extensión
y reto: “Convivir con una biblioteca personal significa saber que
no te rindes, que siempre tendrás ante ti menos lecturas realizadas
que lecturas por venir, que los libros en compañía son cadenas de
significados, contextos mutantes, preguntas que cambian de entonación
y de respuestas. Una biblioteca tiene que ser heterodoxa...”
El
libro destaca por la diversidad de textos, como por ejemplo la jugosa
entrevista con Alberto Manguel,
director de la Biblioteca Nacional de Argentina, un apasionado de los
libros y las bibliotecas, un entusiasta convencido del valor del
libro en la vida: “Toda mi vida he vivido entre libros –confiesa–,
he pensado acerca de libros, he reflexionado sobre bibliotecas y
librerías y sobre el acto de la lectura”. Relevante también es la
conversación que mantiene en Seúl con Han Kang,
la autora de La vegetariana,
con la que pasea por algunas de las librerías de su ciudad y desvela
algunos de los misterios que la llevaron a escribir su obra más
conocida y galardonada.
Carrión
toma su equipaje y desembarca en distintos puntos del planeta para
tomar el pulso a las librerías y bibliotecas de Buenos Aires, Miami,
Tokio, o Seúl para hacernos partícipes del pálpito de sus locales,
de sus estanterías y de las historias que atesoran. Sobre esa
inercia espacial y temporal que describe la órbita del universo de
los libros, allá donde se encuentren dispuestos, es sobre lo que
verdaderamente se ocupa su libro. Todo lo que transita por sus
diecisiete capítulos es eso, un viaje errante en pos del libro, una
continua indagación en la que desvelar esa idea de movimiento y
trayecto que da sentido al espíritu aventurero que toda biblioteca y
librería invoca e induce allá donde se erijan.
Contra Amazon
es un elogio al libro, una sagaz reflexión en el tiempo, que también
clama por esa cierta banalización reinante de la cultura, pero que
pone su punto de mira en algo más encomiable y hermoso: señalar y
avivar las historias que se entrelazan en medio de ese laberinto de
coincidencias, oportunidades, revelaciones, hallazgos, conexiones
perdidas y reencontradas que en toda librería y biblioteca afloran.
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