jueves, 12 de enero de 2023

Una gran dama del surrealismo


Toda novela, en su definición más general, como bien apunta Henry James, es una impresión personal y directa de la vida: “eso, para empezar, constituye su valor, que es mayor o menor según la intensidad de la impresión”. Y añadía que, aun siendo importante el interés de la novela por lo humano, no lo es menos porque capte también el aire de realidad que envuelve su historia, dispuesta con libertad y verdad sentida. James dice, muy ciertamente, que la única obligación que de antemano podemos exigir a una novela, sin incurrir en la acusación de ser arbitrarios, es que sea interesante.

La escritora Ara de Haro, doctora en Historia del arte y profesora titular de la UNED rescata en su nueva novela, La pintora pelirroja vuelve a París (Alianza Editorial, 2022), la figura de Remedios Varo, una de las más singulares pintoras de la vanguardia española. Haro propone en sus páginas, animada por ese conjuro jamesiano sobre la novela aludido anteriormente, seguir desde la ficción los pasos y avatares de esta mujer fascinante, para acaparar nuestra atención e interés sobre la verdad indómita de su vida, la que corresponde a quien pertenece a la estirpe de la extrañeza y de la singularidad.

Nada en la vida ni en el trabajo de esta gran dama del surrealismo fue previsible. Nada se ajustó a la norma, ni a la lógica común. Su figura, no es tan conocida como la de sus contemporáneas Frida Kalho o Leonora Carrington, quizá, entre otras cosas, porque no hizo gala de llevar una vida pública exuberante, estuvo sostenida de manera más íntima y enigmática, como aquí se cuenta en el libro, en los contornos e inmediaciones de su propio mundo, erigido entre Barcelona, París y México, y entre los hombres que amó sin desmayo, sobreponiéndose a los problemas, estragos y desconcierto de aquellos años convulsos marcados por la guerra en Europa que le tocó vivir de lleno.

Era una mujer valiente, en el territorio del amor, pero lastraba un miedo interior que traía de aquella España en guerra de la que huyó. Descubrimos, conforme vamos leyendo, que no acaba de encontrar su verdadero lugar en el mundo. Por eso vuelve a París en 1937, centro del universo artístico, junto con el poeta surrealista Benjamín Péret, al que conoció en España luchando en el bando de la República. Remedios nunca pedía nada a cambio, nos confía la narradora del libro: “Lo único que quería era que todo saliese perfecto. Ella también jugaba a ser otra, a ser la fantasía del hombre con el que pasaba unas horas, a crear una historia inmortal en un tiempo limitado”.

Además de asistir a reuniones presididas por André Breton junto a otros destacados agitadores del surrealismo, Varo conoció también a Max Ernst y Leonora Carrington, al rumano pintor Victor Brauner, con el que mantuvo una intensa relación afectiva, a Esteban Francés, otro de sus amantes, un hombre celoso y posesivo del que se deshizo a tiempo, así como a un buen número de artistas bohemios con los que compartió gustos, resonancias y muchas desavenencias con todo lo convencional que aquel mundo artístico de ayer ofrecía. Nadie podía imaginar en aquel círculo plagado de hombres que aquella mujer fina y pelirroja, de sonrisa fácil y enamoradiza, llegaría finalmente a culminar una carrera artística de éxito en tierras lejanas, fuera de París.


Todo esto lo cuenta muy bien Ara de Haro, con una prosa envolvente llena de diálogos vívidos, en la que pone voz a la artista, tanto con su palabra y juiciosos pensamientos, como con su mirada, su oído y su silencio. Diría que la autora reivindica a Remedios Varo sin obedecer a ninguna excentricidad preconcebida, sino alentada por una dosis precisa de justicia poética que requiere su figura histórica como artista y como mujer batalladora, orgullosa de su género. Principalmente, el lector descubre lo que el alma de esta mujer despliega y deja ver, el latido de su pincel pintando desde su interior, cautivo de desbordante imaginación, tocado, a su vez, de cierto pálpito místico, quizá esotérico, iniciado, a su modo, desde casi niña.

La pintora pelirroja vuelve a París es una novela breve de apenas 130 páginas, tan sencilla como magnética, escrita con admirable pulso narrativo, un libro absorbente (se lee de una sentada), que cuenta la apasionante y desconocida vida de Remedios Varo, pintora española surrealista de la década de 1930, compañera de Lorca y Dalí y exiliada finalmente en México, donde murió en 1963, una de las pocas pintoras españolas reconocidas a nivel internacional, injustamente silenciada por sus compañeros de generación.



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