miércoles, 24 de diciembre de 2025

Pasión libresca


En un mundo donde todo debe cumplir una función, también tenemos necesidad de lo inútil, de la literatura, como evasión y entretenimiento, como introspección y diálogo. Persistir en ello es abastecerse de buenas lecturas. Esta sería mi lista de lecturas destacadas de 2025:





Mapa de soledades: Juan Gómez Bárcena logra que su libro, en su desarrollo narrativo, se convierta en una estupenda novela-ensayo bien urdida sobre la dimensión objetiva y la dimensión subjetiva que conlleva toda soledad.



Tinta invisible: Este libro no es ficción, es más bien el sumatorio de un ensayo y unas memorias, pero su autor, Javier Peña, también despliega en él un correlato de vida y literatura, de historias y emociones como lector y escritor.


Hotel Roma: un viaje personal de Pierre Adrian por la vida y obra de Pavese, un recorrido por el Piamonte y por la ciudad de Turín, para desgranarnos la esencia de su vida y la preponderancia que tuvo El oficio de vivir en el trágico final de su vida.


Los ilusionistas: una formidable incursión autobiográfica de Marcos Giralt que postula que no hay verdades absolutas en el seno familiar, pero que sí hay muchas otras que nos dejan al descubierto.


El jardinero y la muerte: un libro hermoso y conmovedor sobre el dolor y el duelo, pero, a su vez, una novela en la que Gospodínov se pregunta por el valor de la vida, sin olvidarse que de entre todas las necesidades que tiene el ser humano, no hay ninguna más vital y fértil para la literatura que la memoria desnuda que alumbra y enseña a leer la vida.


Poética del ermitaño: un impresionante relato de resiliencia y mirada al mundo, de laberintos y lazos con otros que a veces serán personas cercanas y a veces extrañas, bajo una gramática de existencia activa y contemplativa. Miguel A. Zapata da pie a que su novela fluya como un libro rizoma que va creciendo y estableciendo un diálogo, silencioso muchas veces, pero en el que sobresale siempre lo efímero que nos rodea.


A pedazos: una crónica conmovedora de Hanif Kureishi, hermosa, reflexiva, cabal, honesta y rotunda sobre la fragilidad de la vida, la pérdida de movilidad y, también, sobre la lucha por seguir manteniendo la creatividad y la conexión de los demás en medio del desamparo y la adversidad.


El aniversario: una novela de Andrea Bajani que cuestiona y zarandea el tabú de los lazos de sangre. Destaca por su tono íntimo y colectivo, su honestidad al exponer sin tapujos la violencia patriarcal y el férreo control familiar que impone.


La insistencia: un texto impregnado de luces y silencios, en el cual escritura y vida se arremeten, apelan entre sí, un libro que Jordi Doce propone leer a sorbos, casi sin decirlo; una lectura que nos lleva sin rumbo cierto, pero con tanteos y reflexiones que aspiran a explicarnos o a entrever esa red de sentido que hay detrás de las apariencias.


Herida y ventana: importa resaltar de este libro de Fernando Parra su hondura, lirismo y belleza, sin olvidar que estamos ante una historia desgarradora y humana, un relato de prosa ágil que toca el amor y los abismos del alma, una novela habitable y llena de sentido.


Las damiselas y el escritor: un mosaico de semblanzas sobre el autor de la trilogía Verdes valles, colinas rojas convertidas en una biografía coral en la que encontramos jugosos fragmentos que Maria Bengoa nos desvela de su memoria, detalles de su manera de entender la vida y de su compromiso literario; una novela que cautiva.


Escicha: una meritoria apuesta y sorprendente debut literario de Luisa Máñez donde encontrar motivos para no desentendernos de la fatalidad; una novela lacerante, reflejo del tiempo y de la furia desatada en una aldea de La Mancha.

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