Cuando
leí El adversario,
una novela excepcional sobre el engaño y la impostura, incorporé a
Emmanuel Carrère
(París, 1957) a mi lista de escritores franceses
contemporáneos a tener en cuenta, junto a sus paisanos Houellebecq,
Echenoz, Beigveder
y Delphine de Vigan.
Acabo de finalizar esta mañana, víspera de fin de año, lo último
publicado en Anagrama
del escritor parisino, todo un colofón a un año intenso de
lecturas, en el que no han faltado sorpresas literarias tan
deslumbrantes como esta narración biográfica de Limónov.
Una vez más este autor nos asombra con este libro difícil de clasificar. Una narración
entre novela biográfica y crónica novelada, pero lo que es
indudable es que Limónov
es todo un alarde exigente de literatura de la buena.
Conocer
el mundo de un personaje vitriólico y estrafalario como Eduard
Limónov de la mano de
Carrère
es toda una aventura envolvente en la que no se deja de participar hasta la
conclusión de la novela. Limónov es un bolchevique atractivo y abominable a la vez, que responde a un sujeto
fuera de los límites establecidos, que fue un delincuente fallido,
underground moscovita y también punk ruso en Nueva York, mayordomo
de un multimillonario y celebridad literaria en París. Eduard
es un hombre con biografía literaria para rato: poeta, escritor y
articulista que siempre se postuló políticamente a contracorriente
y que de niño soñaba convertirse en alguno de los personajes
creados por sus escritores favoritos, Alejandro
Dumas y Julio
Verne.
Eduard Limónov |
Se
fue voluntario a la guerra de los Balcanes del lado de los serbios,
en su ficha policial figura como fundador del partido Nacional
Bolchevique y compañero de mítines de Kaspárov,
otro disidente del poder establecido. Limónov
siguió su senda en solitario y acabó en la cárcel, acusado de
terrorismo. Se hizo más popular gracias a los libros autobiográficos
que siguió escribiendo desde la celda. Sus memorias ficcionadas
tuvieron mucho eco entre los jóvenes, debido al romanticismo salvaje
y tragicómico desplegado en su prosa, cruda y
sencilla.
La
figura de Eduard Limónov
ha pasado de refilón en España y sus libros son aún más
desconocidos que su papel de opositor a Putin,
pero el mérito de este libro escrito por Carrère
es el revulsivo que despierta en el lector las hazañas y
contratiempos de su protagonista, un personaje contradictorio y
extravagante, tan capaz de multiplicar adhesiones a su causa, como
rechazos y compasión por sus diabluras.
Hay
una intencionalidad combativa en el autor por salvar a un personaje egótico y odioso, proestalinista y
ferviente nacionalista, que perdió muchas causas y dilapidó el amor
de muchas mujeres que lo adoraron. Sin embargo, lo más prodigioso
queéhace con Limónov
es valerse de un personaje real para contarnos magistralmente, en una
extensa crónica periodística, la historia de los últimos años de
la Rusia soviética, hasta el apalancamiento democrático en las
manos de su actual presidente Putin.
Emmanuel Carrére |
Limónov
es un fascinante reportaje histórico, pero también la gran crónica
de un canalla y antihèroe carne de novela, donde Emmanuel
Carrère ha vuelto a
sorprendernos con una invención de la verdad en un libro
extraordinario, como lo hizo con El Adversario,
por la senda de la conmoción, mostrando la desnudez del personaje
para que lo palpemos y comprendamos, aunque sus fechorías, quizás,
no nos dejen margen para ser benevolentes. Sin ningún género de
dudas, Limónov
está en el podio de mis libros favoritos del año.
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