domingo, 19 de septiembre de 2021

La vida en rosa


La vida entera es un experimento. De ahí a que, la realidad, como no se cansaba de recordarnos Nabokov, es la única palabra que no quiere decir nada si no va entrecomillada. Por eso mismo, lo que el biógrafo debe ofrecer al lector para encandilarlo no es más que tener la habilidad de persuadirlo sobre lo que el narrador intenta, lo más honestamente posible: llegar al fondo de la vida de alguien, al fondo de una experiencia dada. Un libro biográfico es, al fin y al cabo, un relato tomado de la vida.

Harry y Caresse Crosby, una joven y rica pareja norteamericana de principios del siglo XX, nacida en Boston y Nueva York respectivamente, estaban predestinados a llevar una existencia convulsa y arrolladora en la que la vida nocturna, el dinero, la libertad sexual y la pasión por las letras conformarían la razón de su forma de ser. La vida, en sí misma, iba a consistir en lo que ambos pensaban hacer en cada momento del día. Además, eran conscientes, cada uno a su manera, de que, si no se interesaran tanto en sí mismos, la vida se volvería poco interesante, y no la soportarían. A veces, incluso, debían perderse para encontrarse.

El libro Black Sun (Fórcola, 2021) de la periodista y novelista francesa Dominique de Saint Pern (1950), autora también de la biografía novelada sobre Karen Blixen, contiene todos los entresijos de la vida apasionada, salvaje y extravagante de esta singular pareja bon vivant. La obra arranca con una cita del poeta y amigo de ambos personajes, Hart Crane, que viene a constatar el ámbito y modo de vida con el que se identificaban Caresse y Harry, dos seductores imparables y hábiles anfitriones: “Cenas, fiestas, poetas, millonarios lunáticos, pintores, traducciones, langostas, ausenta, música, paseos, ostras, jerez, aspirina, cuadros, herederas sálicas, editores, libros, marineros. ¡Tantísimos!”

La obra de esta edición, bajo la traducción de Gabriela Torregrosa, contiene además un impecable prólogo a cargo del escritor Jordi Doce, un pórtico que resume muy bien aquellos apasionantes años veinte de París que, para el bien de las artes, convocó, valiéndose de la música y el espectáculo a una buena cantidad de gente variopinta, mucha de ella proveniente de Nueva York y Boston. A la capital francesa arribaron jóvenes americanos, muchos de buenas familias, con aire de idealismo triunfalista. Como bien subraya el prologuista, “esta biografía de los Crosby se titula, con un guiño a Hemingway, Black Sun. Cuando editar era una fiesta”. Por otro lado, también hay una parte importante del libro dedicado a la tarea obstinada y fascinante que llevaron ambos protagonistas para la creación y puesta en marcha de su sello editorial, su logro más destacado y perdurable.

El lector se va a encontrar en estas páginas con una abundante crónica social de la época, muy dinámica y con muchos personajes, artistas la mayoría de ellos, pero también aparecen diplomáticos, abogados y financieros de la élite americana, así como pintores, escritores anglosajones y editores afincados en París. Los Crosby entendieron que la capital francesa era un centro artístico mundial donde recalaban artistas de todas las latitudes, y allí tenían que estar ellos para edificar sus sueños.

Previo al devenir trágico de Harry que ya se anticipa en la introducción del libro, la autora nos cuenta pasajes familiares de su infancia y juventud, y de cómo se alistó, sin el consentimiento de sus padres, al ejército para combatir en la Gran Guerra europea, tal vez impulsado, no solo por un arrebato juvenil heroico, sino quizá para dar satisfacción a su admirado tío y padrino Jack Pierpont Morgan, el banquero más poderoso de toda América, fiel partidario de que EE.UU. entrara en guerra para pararles los pies a Alemania. Tío que intervino para que su sobrino no estuviera en primera línea de fuego. Harry fue adscrito al Destacamento de ambulancias.


Llegado el armisticio, Harry regresa a América y se matricula en Harvard. Más tarde conoce a Polly Peabody, mujer casada y con dos hijos, que se convertiría, después de divorciarse, en Caresse Crosby, su legítima esposa. Al poco tiempo Harry trabajaría en Boston en la Banca Morgan. Pero lo que ambos perseguirían con tenacidad y orgullo, su afán literario: la poesía y la edición, algo que llegaría rodeado de infidelidades y de licencias extra matrimoniales. Compartirían salón y compañía en París con Silvia Beach, Peggy Guggenheim, Maurice Sachs, Man Ray, Picaso o Gertrude Stein. Su sello editorial, Black Sun, se convertiría en un referente elitista de la época, de culto para coleccionistas. Allí se publicarán libros en edición limitada de autores de la talla de Oscar Wilde, Marcel Proust, D. H. Lawrence o James Joyce.

Black Sun es una biografía impresionante e intensa, que se deja leer a velocidad de vértigo, acorde con el ritmo de vida de sus dos protagonistas, seres dispuestos a vivir a tope su hedonismo, hasta sus últimas consecuencias. Este es un texto bien armado que enseña el ayer de una época como si de otro hoy se tratara, especialmente, en esa manera de acercarnos a una pareja espléndida y emprendedora que convirtió su andanza literaria en una extensión de la propia vida.


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