domingo, 29 de septiembre de 2013

Una miniatura estremecedora


Tras Ravel, Correr y Relámpagos, una serie espléndida de novelas breves sobre las vidas de un músico extremadamente misterioso, de un atleta mítico y de un ingeniero deslumbrante, Jean Echenoz (Orange, 1947) nos presenta su nueva epifanía: 14, otra miniatura literaria magistral.

En menos de cien páginas, el talento de Echenoz vuelve a cautivar a sus incondicionales. Su escritura, precisa y meticulosa, solo necesita quince capítulos concisos y el guarismo del título, como sorpresa, para atraparnos en una historia estremecedora. Cinco hombres se van al frente, una mujer espera el regreso de dos de ellos. Falta conocer cuándo regresarán y en qué estado. El tiempo narrativo coincide con el hecho histórico de la Gran Guerra de 1914, cuyo centenario se conmemorará dentro de unos meses. El asesinato en Sarajevo de Francisco Fernando fue la excusa para que el viejo y decadente Habsburgo, Francisco José, decretara una guerra mundial que traería consecuencias desastrosas para la vieja Europa.


Echenoz traza una minúscula joya narrativa, repleta de lirismo, entre la pólvora y la muerte, sobre una contienda estúpida y trágica. En 14 vemos a soldados  rodeados de balas y bayonetas, que se mueven por el laberinto de las trincheras, sorteando piojos y miserias, esquivando la muerte. La novela 14, editada por Anagrama, es una crónica llena de pequeños detalles sobre la rutina de la época, elaborada de manera meticulosa, con el oficio de un artesano que esculpe y pulimenta su obra. Echenoz evita utilizar sentencias que resulten grandilocuentes. Al autor de Al piano le interesa más contar con pocas pretensiones, pero con el recurso necesario de la tensión narrativa, sin caer en la digresión y otros artificios. Esta micronovela es un paradigma literario magnífico de lo que significó para millones de europeos el sinsentido de una guerra, decretada por la paranoia de un patético emperador para vengar el asesinato de su sobrino. 14 es una tragedia coral, desde el inicio, que arranca con la movilización al frente de los habitantes del pequeño pueblo de la región francesa de la Vendeé, hasta el desenlace conmovedor del nacimiento del hijo de Anthime tras el desastre. Echenoz se abstiene de usar proclamas y alegatos antibelicistas, porque a él lo que le interesa es poner voz a sus personajes, y lo logra de un modo eficaz y elegante, gracias a su prosa impecable, minimalista y virtuosa, sin esquivar las recreaciones escabrosas del espanto de la guerra.


14 es un libro escrito con precisión y medida, sin más artificio que la concisión y la elipsis, con pasajes luminosos y estampas líricas repletas de significados, que viene a demostrar que en la literatura es posible el milagro: cómo muchos textos monográficos, extensos y eruditos son arrasados por la luminosidad de otros, más emotivos, bellos y mínimos.



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