Cuenta
Rosa Montero en su
emocionante e inclasificable libro La ridícula idea de
no volver a verte (Seix
Barral, 2013) que solo en los
nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo, como si cuando
uno nace o una persona se muere, el presente se quebrara por la mitad
y te dejara atisbar por un momento la verdadera grieta de la
realidad, tan monumental y repetitiva. Nunca se siente uno tan
auténtico –subraya la escritora madrileña– como bordeando estos
límites biológicos. En nuestra sociedad la muerte está vista como
una anomalía y el duelo, como una patología. Pero lo que sí es
cierto y contundente es que cuando muere un familiar cercano y
querido, uno no se recupera, queda malherido y solo le queda
reinventarse para la salvación, si eso es posible.
A
finales de diciembre del 2003, Joan Didion
(Sacramento, 1934) visitaba a su hija Quintana
en la UCI de un hospital neoyorquino. De regreso a casa, su esposo,
el escritor John Gregory Dunne,
caía fulminado por un ataque al corazón delante de sus ojos cuando
ambos se disponían a cenar. A los diez meses después de aquel
fatídico suceso, Didion
empezó a escribir El año del pensamiento mágico
que ahora, después de diez años de su primera publicación, reedita
Random House,
un texto que acabó en apenas tres meses de escritura intensa y
obsesiva y que le ayudó a paralizar la deriva de caer en la locura.
La historia arrastra además el maleficio cruel de la muerte de
Quintana,
que, tras asistir a la ceremonia funeraria de su padre, en la
catedral de Saint Patrick, y regresar a su residencia, fallecía a
los pocos meses, víctima de una embolia pulmonar.
El año del
pensamiento mágico
fue el vehículo utilizado por la escritora americana para
reinventarse y salvarse de los estragos de la muerte, de su poder
devastador. Joan
Didion,
una mujer fuerte, a pesar de su aspecto frágil, sobrevivió al
derrumbe trágico familiar. Dicen los psiquiatras que el “pensamiento
mágico” es esa actitud mental que nos hace sentirnos firmemente
convencidos de que tenemos poderes para influir en el curso de los
acontecimientos. No cabe duda de que para la escritora y periodista
estadounidense la redacción de esta crónica fue algo inevitable. En
una entrevista reciente recordaba que, cuando le puso punto final al
libro, se dio cuenta de que había sido una experiencia luminosa y
emancipadora.
Joan
Didion,
una de las escritoras americanas más reputadas de finales del siglo
XX, narra intensamente el duelo y la crónica de una supervivencia en
un texto breve y profundo, lleno de detalles y de una deslumbrante
honestidad fuera de toda duda. Cuenta la manera que vivió la muerte
de su marido, desde sus instantes hasta el duelo negro y prolongado
de tantos días de ausencia. La estructura del libro es un incesante
regreso a los acontecimientos ocurridos, como si las cosas pudieran
haber discurrido por otros derroteros. Todo se torna obsesivo para la
autora, porque soportar el dolor y la pérdida se convierte en una
experiencia obsesiva, pero sabe que el tiempo es la escuela en la que
verdaderamente aprendemos.
Joan, John y Quintana |
El año del
pensamiento mágico
es una crónica ensayística que se lee como una novela, cuya tensión
narrativa proviene de las entrañas de una mujer seriamente herida,
pero dotada de una fuerza mental y analítica extraordinaria para
escribir con todo detalle su duelo y la pena que le embarga. Poco
tiempo necesitó Joan
Didion
para descubrir hasta dónde es capaz de llegar uno con tanto dolor y
hasta qué punto se había transformado la idea previa y secreta de
la muerte y sus consecuencias: la soledad, la memoria, el abandono,
la desesperanza. Didion
lo consigue desde sus propias cenizas y nos entrega su testimonio
sereno y desgarrador en un libro de gran hermosura, poderoso y
triste, pero lleno a su vez de vitalidad y lucha personal. Es un
texto valiente escrito con sencillez y claridad, de forma directa,
sin concesiones sentimentales, con garra y que ahonda en temas
universales: la muerte, la enfermedad, el dolor y la dignidad de
afrontarlas con arrojo.
El
presente libro, excelentemente traducido por Javier
Calvo,
es, en definitiva, una reflexión de Joan
Didion
sobre ese dolor producido por la desdicha de perder a un ser querido.
El vacío, la soledad, la impotencia, el recuerdo, el amor, la
búsqueda de un sentido a tanto sufrimiento conforman el cauce por
donde transita este libro valiente que se enfrenta al abatimiento del
duelo para sobrevivir con dignidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario