El
aforismo tiene una larga presencia en la cultura occidental. Y además
de una larga presencia, una extensa lista de cultivadores insignes.
Los primeros aforismos, de procedencia griega, delimitan ya algunas
de las características propias del género. A lo largo de los siglos
esta sutil corriente de pensamiento, que a veces casi se extingue en
algunos períodos, quizá por su dificultad constructiva, va haciendo
tanteos, probando fórmulas, adoptando diferentes nombres y va tomando, paulatinamente, conciencia de sí misma, por así decirlo.
Pero en ninguna época, como la que ahora vivimos, gracias a la
globalización de las nuevas tecnologías, el aforismo nunca había logrado hacerse tan expansivo hasta alcanzar un carácter tan universal, no solo por rememorar a
través de las redes sociales a los grandes pensadores a tanta gente,
sino también por las posibilidades que otorga el medio para los nuevos
practicantes y entusiastas de estas breverías, máximas, sentencias,
axiomas o chispas reflexivas que se caracterizan por su concisión
didáctica, agilidad crítica y cierta tendencia ilustrada.
Eric Jarosinski
(Wisconsi, 1971), profesor y experto en literatura y cultura
alemanas, se unió en enero de 2012 a Twitter y fue uno de los
primeros escritores en usar su smarthpone como medio para escribir.
Descubrió un espacio insólito para emprender un camino en el que
plasmar sus metáforas nihilistas, en ese afán de destilar breves
sentencias como campo de experimentación del pensamiento y del
debate a través de las redes sociales. Dr. Nein, como se le conoce
en la esfera internauta, cuenta con una legión de seguidores en la
red virtual, gracias a su forma filosófica de entender la vida con
sus aforismos, cuya rotundidad y autonomía no dejan indiferente al
lector. No le falta razón a este peculiar profesor cuando afirma que
los aforismos apelan a la verdad de una forma mucho más explícita
que la poesía, cuyos versos uno no cuestiona si están en lo cierto
o no. El aforismo, además, añade ingenio, un elemento clave y propio
del género.
Anagrama,
un año después de que apareciera publicado en Nueva York, edita
Nein. Un manifiesto,
una recopilación de los tuits que Jarosinski
fue colgando en los últimos tres años en su cuenta de Twitter.
Conocedor en profundidad de la obra de Marx,
Kafka y Nietzsche,
no faltan en sus aforismos referencias múltiples de estos autores,
en especial de este último que es casi su filósofo de cabecera, un
autor omnipresente en sus citas, fuente de inspiración para explorar
y exponer nuevas ideas que provengan de la contradicción filosófica
del teutón, perfectamente compatible en todas las esferas sociales
que rigen la actualidad del mundo. El aforismo para el americano
conlleva, en su naturaleza fragmentaria, ese posicionamiento de
contrarrestar la realidad social, de ponerla en entredicho y de
hacernos reflexionar sobre determinadas obviedades de la vida de hoy,
cuestionándolas y poniéndolas patas arriba.
Tal
vez, por la extrema libertad con la que habla de todo lo que rezuma
política, en ningún caso sus reflexiones parecen ser académicas,
ni de estricta o pacata ortodoxia, sino que el humor y la ironía que
apuntan sus dardos aforísticos hacen a este escritor más fascinante
aún. Lo que irradia su manifiesto es un nihilismo sin pasión,
detrás del cual se esconde un ser de sonrisa contenida, casi
patibularia, pero nada frívola.
Jarosinski
no parece un neófito en estos menesteres del género, domina el
lenguaje y la forma a la perfección; le gusta imprecar para dar
rienda suelta al hastío dominante de las vidas solitarias y
ultrajadas de la mayoría de la gente; se mueve como pez en el agua
entre la paradoja, la metáfora y el juego de palabras Sus aforismos
son sarcásticos e irónicos y para muestra de ellos aquí van
algunos ejemplos:
Nos
permitimos recordarles que: En la traducción nunca se pierde nada.
Se esconde. A negociar las condiciones de rendición.
Lee
lo que está escrito. Pregúntate cómo está escrito. Lee lo que no
está escrito. Pregúntate por qué.
Fin
de semana:
Los dos días de la semana en los que tu alienación es sólo tuya.
Matrimonio:
Un sindicato de dos almas. En huelga.
Patriotismo:
El amor al país que profesan aquellos que nunca han salido de él...
El manifiesto de Jarosinski no es ninguna broma, es el no de Nein. Recoge una voz irreverente, filosófica y nada impostada que transita por la web aforística, una voz de caracteres limitados, inconformista y autocrítica, dispuesta a seguir diciendo no a muchas cosas y a muchos impostores, pero sin ningunear el hecho de sobrevivir. Ese es el valor fundamental de la especie humana: sobrevivir es esa tarea irrenunciable de asumir la vida única que tenemos, en donde el progreso y la esperanza están sobrevalorados y el humor, desgraciadamente, menos.
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