sábado, 18 de mayo de 2013

Un relato del fútbol y de la vida


De Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923) leí la novela La Higuera, un relato que tiene su origen en un suceso acaecido en plena guerra civil, en el que el autor vasco explora el mundo del sentimiento de culpa y del arrepentimiento. Esta historia fue también el origen de mi acercamiento a la narrativa de este extraordinario escritor. 


En abril del 2012, la editorial Tusquets publicó Aquella edad inolvidable, una novela que retrata el mundo del fútbol de los años cuarenta del siglo pasado, desde el prisma del drama familiar, un canto al fútbol clásico, ese que se jugaba los domingos por la tarde y que seguíamos con el transistor pegado a la oreja y una evocación de la lucha y el coraje por ganar el partido de la jornada.

Nos encontramos ante un soberbio relato de familia,  una historia sobre la desesperanza, la dignidad y la aceptación. Pinilla sitúa la trama en el marco histórico de la posguerra. El protagonista de la novela, Souto MenayaBotas”, es un futbolista que juega en la demarcación de ariete y que salta a la fama por meter un gol al Real Madrid, en la final de la Copa del Generalísimo, cuando acababa de fichar por el Atletic de Bilbao en 1943. Su fulminante carrera se verá sesgada por una lesión que le deja cojo para siempre. Esta desgracia le hace reflexionar sobre el sentido de su vida, hasta que la insistencia amorosa de su novia Irune le hace cambiar y rehacer su vida.

La novela, explica Pinillaen una entrevista, está basada en su propia trayectoria de aficionado al fútbol. Esa afición que le hacía separarse de sus amigos de entonces los domingos por la tarde para asistir al partido de la jornada y que a los quince años le dejaba un vacío enorme para toda la semana si su equipo había perdido. Porque para el autor, seguidor del Athletic desde niño, la fe en el Athletic es comparable a la religiosa. Este asunto lo resume el padre del protagonista así: “En este mundo hay que tener algo grande por encima de nuestras cabezas. Unos tienen a Dios y otros al Athletic. Otros tienen a los dos, y nunca lo he entendido”, (pág. 19).


Ramiro Pinilla consigue un relato creíble, desde la cotidianidad, que desemboca en una fábula moral extraordinaria. Con la lectura de esta historia he conocido el origen del “alirón”... ¿Sabes de dónde viene el alirón? Lo inventaron los mineros. Cuando sacaban una buena veta, el ingeniero escribía encima con tiza All Iron, que en inglés significa “todo hierro”. Los mineros saltaban porque cobraban jornal extra y el alirón corría por la mina. Así pasó al “alirón, alirón, el Athletic campeón”, (pág. 20).

Esta es una novela sobre la vida, el triunfo y el fracaso. Una incursión en el alma de un derrotado que sufre su propio destierro, contando los días y los cromos que colecciona. Una novela conmovedora de este escritor inagotable y veteranísimo, de noventa años, que mantiene tersa esa vena que el sentimiento le presta a la literatura, con una escritura potente e intensa.

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