lunes, 7 de julio de 2014

Amor sin resguardo


Del encuentro entre los escritores Roberto Bolaños y A.G. Porta nació, además de una verdadera amistad, una relación literaria que cristalizó en la publicación de la novela Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce (1984), escrita por ambos autores donde cuentan las peripecias de Angel Ros, un joven volcado en la literatura y en la música de The Doors. Felipe Benítez Reyes y Luis García Montero tuvieron también la ocurrencia de escribir una novela a cuatro manos, su amistad y relación poética impulsó la idea de publicar Impares, fila 13 (1996), una historia gamberra y postmoderna sobre la ambición y sobre el juego truculento de las pasiones. Quizá la ruptura determinante de la amistad que mantenían García Márquez y Vargas-Llosa impidiera llevar a cabo la novela que planearon escribir entre ambos, una idea que entusiasmó mucho al colombiano, pero que no cuajó para menoscabo de sus seguidores.

Sin embargo, a veces, ocurren milagros en el mundo de las Letras, a pesar de la controversia que supone superar una ruptura íntima. El invitado amargo, publicado en Anagrama (2014), es un claro ejemplo singular de este tipo de literatura a dos voces. Vicente Molina Foix (Elche, 1946) y Luis Cremades (Alicante, 1962) vuelven a sellar su amistad con un libro difícil de encasillar, entre la crónica y la autobiografía, pero con los ingredientes propios de la novela en la que la relación intensa y sentimental, mantenida por ambos durante dos años, sustentan la intriga y la vehemencia narrativa de esta historia.

El invitado amargo son unas memorias valientes y excepcionales, surgidas del compromiso de dos viejos amantes que sienten la necesidad de recuperar los recuerdos de aquella relación apasionada que vivieron hace treinta años. Molina Foix y Cremades se desnudan, a la vista del lector, con confidencias y cartas íntimas para rememorar celos y desdenes, rescatando el pasado de aquel Madrid sacudido por el intento de golpe de estado del 23F y revitalizado con la victoria socialista de 1982. Pero, especialmente, ambos escritores rememoran los años prometedores de una generación poética emergente como la de Leopoldo Alas, Carlos Marzal, García Montero, Álvaro Salvador o el propio Cremades, tutelado por Molina Foix y apadrinado por la figura admirable de Vicente Aleixandre.

Vicente Molina Foix
El invitado amargo es un relato intenso de amor y celos, una historia de relación complicada entre dos hombres apasionados de las letras donde la entrega y el egoísmo transitan a partes iguales entre sus actores, Vicente y Luis, cada uno por separado, reconstruyendo, en capítulos alternos, sus vivencias anteriores sin propósito de omitir nada.

En una obra tan ambiciosa como ésta, de más de cuatrocientas páginas, menudean, por sus capítulos, noticias de algunas vidas privadas de amigos escritores, como Javier Marías, Savater, Lourdes Ortiz, Benet... De todas ellas, la que sustenta un protagonismo, casi elevado, es la figura de Aleixandre, que hace una labor de celestino y pacificador de los desencuentros amorosos de la pareja Molina Foix y Cremades.

Luis Cremades
En resumidas cuentas: el resultado de este artefacto, escrito a cuatro manos, es extraordinario, aunque nada haya más engañoso que la memoria, y nada menos fiable que el recuerdo. El invitado amargo es un libro original y atractivo, que condensa la historia de amor y quiebra de dos literatos en un contexto histórico de cambio y aceptación del mundo gay.

Molina Foix y Cremades han escrito una elegía y un canto en prosa al amor fallido, al pasado y lo que queda de él en el recuerdo, a través de la memoria revivida por ellos mismos que no deja indiferente al lector. Un libro atrevido y auténtico, escrito con garra y maestría, una bonita historia de amor sin resguardo, destinada a los amantes de la buena literatura.

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