Un
contratiempo afortunado le valió a Fernando Savater para
librarse de la catástrofe ocurrida el 27 de noviembre de 1983. Aquel
aciago día, el Boeing 747 de Avianca se estrelló en Mejorada del
Campo (Madrid) cuando realizaba las maniobras de aproximación a
Barajas, hoy Aeropuerto Adolfo Suárez. En ese vuelo tenía
que haber viajado el escritor donostiarra que había sido invitado al
congreso de escritores a celebrar en Colombia, pero le surgió otro
compromiso que le obligó cambiar de planes y, consecuentemente, de
pasaje. El que no tuvo ocasión de evitarlo fue uno de los
distinguidos pasajeros del avión siniestrado, el novelista y
articulista mexicano Jorge Ibargüengoitia, natural de la
ciudad colonial de Guanajuato. A pesar de esta irreparable pérdida
en las letras mexicanas, la obra de Ibargüengoitia nunca
quedó muerta, todo lo contrario, continúa muy viva por las
librerías, gracias a su frescura y calidad literaria. Raro es el año
en que no se reediten novelas, ensayos o crónicas periodísticas de
este extraordinario escritor norteamericano y, en ese empeño, anda
atareada últimamente la editorial RBA reeditando sus obras
más significativas, como por ejemplo: Dos crímenes,
Las muertas, Los pasos de López...
En
enero de este año, el sello barcelonés publicó Maten al
león, una novela ágil y atrevida en la que Ibargüengoitia
parodia el poder existente en una república bananera, como las que
asolaron durante tanto tiempo a los países latinoamericanos. Jorge
Ibargüengoitia es un autor bien conocido en esta bitácora en la
que han aperecido ya un par de reseñas, una de su primera novela,
Los relámpagos de agosto (1965), y otra de su libro de
cuentos, La ley de Herodes (1967).
Maten
al león es un relato cómico, una novela abordada con mucho
humor y descaro, sin pelos en la lengua. Esta obra, publicada por
primera vez en 1969, es la segunda novela del escritor del estado de
Guanajuato y, en contraposición a la primera, Los relámpagos
de agosto, donde se critica los últimos años de la
revolución mexicana, en ésta, lo que se pone en cuestión son los
desmanes y excesos de los dictadores caribeños, un asunto de larga
tradición literaria en el continente americano.
La
trama de Maten al león es, sencillamente, la historia
del último dictador de la isla de Arepa. Tras la muerte programada
del candidato de la oposición, un nuevo candidato es traído en
avión desde el exilio. Pepe Cussirat, el nuevo nominado, abandona
rápidamente la idea de ganar unas elecciones amañadas por el viejo
león, el dictador Belaunzarán, que es quien gobierna los destinos
de la isla, y decide preparar el asesinato del mariscal. A partir de
ahí, la historia transcurre por los linderos frustrados de acabar
con el viejo Belaunzarán, todo un desatino que roza la ridiculez y el esperpento. Cussirat sacrificará a todos sus allegados y amigos
antes de asumir la autoría de los fallidos atentados.
Maten
al león es una narración humorística, escrita en tercera
persona, y con un tono sarcástico para distanciar al lector de
cualquier empatía con los personajes que desfilan por sus capítulos.
De esta manera, el autor de Estas ruinas que ves
consigue que nos posicionemos en el lado que persigue: la crítica a
la forma de gobierno y al modelo económico del poder que
representan las dictaduras.
Una
vez más, Ibargüengoitia nos cautiva, y lo hace con esta
novela amena y divertida cuyo título es un clamor, una incitación
extrema y necesaria para dar sentido a esta parodia, nacida de la
realidad histórica tan abundante en los países limítrofes de América latina.
Jorge Ibargüengoitia sabe que la literatura es un arma
poderosísima, capaz de elevar la burla a la esfera del arte. Para un
consumado burlón como él, la escritura es una determinación clara
y notoria para tocar a rebato y frenar al sátrapa uniformado.
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