martes, 2 de abril de 2013

Somos lo que leemos

La lectura puede cambiar el destino de las personas. Algún sabio afirmó que somos lo que leemos, y a la protagonista de La mujer de papel, Aaliya, que vive en un apartamento desde que su marido la repudiara a los 16 años, esta máxima le ha resultado gratificante y le ha ayudado a sobreponerse , mientras en las calles de Beirut continúan la violencia y la guerra.

Esta novela, editada en Lumen, y escrita por Rabith Alameddine (Ammán, 1959), tiene un arranque seductor que engancha al lector, gracias a la personalidad de la narradora protagonista. Aaliya, una mujer de setenta años, nos cuenta el mejor de sus idilios: su amor a los libros. Esta travesía la inició siendo joven, cuando fue abandonada por su esposo. Sola y dejada a su suerte, emprenderá un camino creciente de búsqueda de aquellos libros negados en su infancia y que la acompañarán durante el resto de su vida.

Con La mujer de papel, el escritor libanés logra cautivar al lector con su personaje, un ser devorador de libros, que vivere en la convulsa ciudad de Beirut. El texto está repleto de citas literarias, aunque Aaliya confiesa que Memorias de Adriano es su libro preferido, también cita con gusto El libro del desasosiego y Esperando a los bárbaros y tampoco oculta su inclinación por las obras de Javier Marías y Muñoz Molina. El lector continuará en esta autopista literaria que traza la narración de Alameddine para acompañar a otros escritores nombrados por su lectora y traductora como Calvino, Bolaño, García Márquez, Lampedusa, además de El Corán, libro que cautiva a la protagonista por la musicalidad de sus palabras.

El propio autor afirma en una entrevista que, la mayoría de los gustos literariaos de La mujer de papel, son también suyos. Pero que no odia a Hemingway como Aaliya y que le apasiona Cormac McCarthy, quizás no del gusto de su heroína.

Rabith Alameddine
Aunque los libros están presentes en las páginas de esta historia, en la obra también hay lugar para las relaciones personales. Hay gente que ha dejado huellas en Aaliya y son recordadas, como su querida amiga Hanna. Leyendo esta bonita novela me ha recordado el libro 84, Charing Cross Road, una historia conmovedora entre la señorita Hanff y el librero de Marks & Co sobre la importancia de los libros en la vida de sus lectores.

En suma, La mujer de papel es un canto a la literatura y a la cultura en general. Una puerta de acceso al mundo de los libros, al mundo de las historias intemporales y maravillosas.

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